El fabricante de electrónica nipón Panasonic anunció que potenciará desde este año la producción de pantallas de cristal líquido (LCD) de pequeño y mediano tamaño para tabletas o teléfonos inteligentes (smartphones), lo que implicará recortar la manufactura de LCDs para televisores.
"Para mejorar nuestros beneficios en el negocio de pantallas LCD, estamos trabajando en incrementar la producción de paneles que se utilizan para aparatos distintos de los televisores", apuntó el fabricante de Osaka en un escueto comunicado.
Para fabricar sus televisores, Panasonic ya emplea paneles LCD producidos por la surcoreana LG Display y otros fabricantes y, según detalla hoy el diario económico Nikkei, durante este ejercicio planea que ese volumen de suministro aumente aproximadamente hasta el 70 por ciento del total, y crezca aún más en el año fiscal 2013.
El diario también especifica que la planta de Panasonic en Himeji, provincia de Hyogo (centro), recortará la producción de paneles para televisores y aumentará el volumen de la de LCDs pequeños y medianos que provee a otras compañías para fabricar tabletas y otros dispositivos por encima del 50 por ciento actual.
Por su parte, la planta de Amagasaki, en la misma provincia, reducirá también la manufactura de pantallas de televisor y aumentará la de paneles de plasma para señalización y para otros productos que en la actualidad le resultan más rentables.
Panasonic ha sufrido pérdidas operativas durante cuatro años seguidos en su negocio de televisores y aparentemente la empresa espera unas ventas menores de lo previsto este curso, por lo que le resulta imperativo reducir el coste de suministro de pantallas.
La compañía presentó el pasado año fiscal, que en Japón concluyó el pasado 31 de marzo, una pérdida neta de más de 7.400 millones de euros, y ha llevado a cabo desde 2011 un proceso de reestructuración de sus sectores de semiconductores y televisores.
Ayer mismo se anunció que la empresa ha obtenido una línea de crédito de 600.000 millones de yenes (5.811 millones de euros) de cuatro grandes bancos japoneses para multiplicar sus vías de financiación ante la pérdida de efectivo disponible en los últimos años.