Visiones encontradas genera entre los expertos el proyecto de ley que será revisado el martes en la Cámara de Diputados y que prohíbe el timerosal en las vacunas. La iniciativa, que obligaría a hacer cambios en el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), cumple el último trámite legislativo y, de aprobarse, pasaría a ser ley.
La moción prohíbe la fabricación, importación y suministro de todo tipo de vacunas destinada a menores de ocho años, embarazadas y adultos mayores, que entre sus componentes contengan timerosal o compuestos organomercúricos. Esto, bajo la premisa de los eventuales daños neurológicos y, específicamente autismo, que podría ocasionar el efecto de las trazas de mercurio contenidas en el compuesto que se usa como preservante.
"Sabemos que hay controversia en este tema. Hay trabajos que plantean que no hay relación, pero hay estudios nuevos que vinculan el timerosal con enfermedades del neurodesarrollo. Nosotros no queremos decir cuál de las dos tendencias es la correcta, sólo queremos que impere un principio precautorio", explicó la diputada Cristina Girardi.
En la misma línea, el diputado Enrique Accorsi afirma que, ante la evidencia encontrada, algunos países de Europa y distritos de Estados Unidos han optado por suprimir el uso de timerosal.
"En la medida en que no tenemos la total certeza de si este producto es seguro, no debería aplicarse. Además se produce una discriminación grande, porque la gente que tiene más dinero puede optar a una vacuna alternativa que se venden en clínicas ", dice Accorsi.
La iniciativa está respaldada por Enrique Paris, presidente del Colegio Médico y director del Centro Toxicológico de la UC. "Hay que aplicar el principio precautorio, sacar el timerosal de las vacunas y seguir investigando para ver si efectivamente hay daños", dijo Paris, quien explicó que este choque de posiciones genera dudas en los padres. "Ellos lo plantean en las consultas, y ante esta incertidumbre es mejor abstenerse de usar el compuesto".
RECHAZO AL PROYECTO
El Comité Asesor de Vacunas y Estrategias de Inmunización (Cavei), del Ministerio de Salud y la Sociedad Chilena de Infectología, han hecho pública su férrea oposición al proyecto, considerando que carece de base científica. Citan, para ello, estudios respaldados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Academia Americana de Pediatría y la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., entre otros, que descartan una relación entre el autismo y el timerosal en las vacunas.
El Cavei, además, plantea que el proyecto obligaría a suprimir del Programa de Inmunización a la vacuna Pentavalente -que protege contra el coqueluche, difteria, tétano, hepatitis B y Haemophilus influenzae B- y que es la única que contiene trazas de mercurio.
En este escenario, el reemplazo sería la vacuna hexavalente, que incluye el polio como sexto antígeno y que se vende como alternativa a $ 50.000. Según el Cavei, esta presentación tendría menor protección contra la tos convulsiva y una inmunidad global inferior ante el polio.
La presidenta de la entidad, María Teresa Valenzuela, añadió que el timerosal no contiene mercurio, sino un compuesto llamado "etilmercurio", molécula de la que "no hay pruebas científicas de que perjudique la salud de los niños", sostuvo, aclarando que las vacunas sólo poseen trazas o pequeñas cantidades de timerosal, por lo que no es necesario restringir su uso.
El subsecretario de Salud Pública, Jorge Díaz, sostuvo que presentará argumentos para intentar revertir la votación en la Cámara y que, en caso que se apruebe la norma, se evaluará recurrir a un veto presidencial o una revisión constitucional de la norma. "Todos los estudios han rechazado el vínculo entre timerosal y autismo. Nos obligarían a cambiar una vacuna exitosa por otra que no está probada y eso es asumir un riesgo muy grande", añade Díaz.