Chile no escarmienta y la Selección se despide del estadio Nacional por lo que resta de las Eliminatorias para Rusia 2018. La FIFA, una vez más, castiga al fútbol criollo por la conducta inapropiada de sus hinchas. Por insultar, por ser xenófobos y homofóbicos. Por mezclar en sus cantos el fútbol con la política. En resumen, según los parámetros que emanan desde Zúrich, por el ser el peor público del planeta.
El mismo fanático, en el espacio que le regala las redes sociales, apunta a la persecución, a que la FIFA hoy considera al balompié chileno su peor enemigo. Algunos, incluso, aseguran que con Sergio Jadue esto no pasaba. Desde la ANFP, sin embargo, el discurso es distinto. Las quejas de sanciones anteriores dan paso a la resignación frente al comportamiento de quienes apoyan a Chile en el estadio.
"Siempre el público ha sido muy leal con nuestra Selección, pero al rival hay que respetarlo y evitar todo tipo de expresión que sea discriminatoria", reconoció ayer Arturo Salah, presidente de la ANFP. El timonel agregó: "En Sudamérica hemos sido nosotros los más afectados producto de que hemos sido muy reiterados en la falta".
Los castigos no se detienen. En total, camino a la próxima Copal de Mundo, Chile ha incumplido las normas en 11 de los 12 partidos disputados hasta ahora (ver infografía). Y de esas sanciones, nueve han sido provocadas por los seguidores de la Roja y su comportamiento. Ayer, la FIFA volvió a prohibir que la Selección dispute partidos eliminatorios en el Nacional por cánticos homofóbicos. La penalización es aplicada por el mal comportamiento reincidente en el duelo como local contra Uruguay. Debido a esto, la Federación deberá buscar otro recinto para recibir a Paraguay y Ecuador, que se suman al compromiso con Venezuela que se disputará en el Estadio Monumental, por una amonestación previa.
"Los procedimientos se refieren a los cantos homofóbicos de los aficionados del equipo y siguen las sanciones anteriores por incidentes similares durante la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA 2018", aseguró la FIFA en su informe oficial.
En su afán por eliminar de raíz cualquier expresión racista u homofóbica de los estadios, la FIFA delegó el control de los estadios de todo el planeta a la ONG europea Fare Network. En su página de presentación, este organismo se describe como un grupo que "combate cualquier forma de discriminación, incluyendo racismo, nacionalismo de extrema derecha, sexismo, transexualidad, homofobia y discriminación hacia colectivos de discapacitados".
Su director es el inglés Piara Powar, quien no acepta las excusa que se ha esgrimido desde la misma ANFP, sobre el desconocimiento del folclore del fútbol sudamericano. "Los chilenos no tienen conciencia sobre palabras y cánticos que son discriminatorios", comentó el ejecutivo, hace pocos días, al diario La Segunda.
La supervisión de las hinchadas es casi una labor de espías, de infiltración. Se visten como fanáticos (de la Roja en este caso), se ubican con la barra, observan, anotan, graban y después informan. Y Chile no ha pasado ninguna prueba en condición de local. Por lo mismo, los miembros chilenos de esta ONG trabajan en absoluto anonimato. Es uno de los requisitos que exige Forum para contratarlos.
Como sea, hoy el equipo de Pizzi ya no cuenta con el Nacional (en total son cuatro los partidos de Eliminatorias que, por castigo, Chile no podrá jugar ahí) . "Por lo menos todavía no nos ha tocado jugar sin público", expresó Salah ayer. Tiene razón el presidente, pues la sanción más dolorosa, la más efectiva además, no ha llegado a este país. Aunque el temor es lógico: se está al borde. Desde la Federación explican que se reforzarán las campañas para educar, pero la seguidilla correctivos desde la FIFA habla de poco aprendizaje.
Por ahora, el Monumental es la carta más fuerte (y obvia) para albergar los próximos duelos eliminatorios del equipo de Pizzi. La opción de llevar a la Roja fuera de la Región Metropolitana se evalúa, pero es casi imposible, debido al compromiso con los abonados.