¿Qué se entiende por educación pública y lucro? ¿Cómo se financiará la educación gratuita? y ¿cómo se regulará a las universidades? fueron algunas de las preguntas que respondió el martes en la noche el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, en su primera entrevista pública como titular de la cartera.

Las respuestas de Eyzaguirre no dejaron a todos satisfechos. Entre los inquietos está el rector de la U. Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, quien dice que "si el programa del gobierno en educación era vago, los anuncios realizados generan mayor confusión", y agrega que no comparte el retiro de los tres proyectos en educación superior: "No es más que un volador de luces que busca dos cosas: desmarcarse del gobierno de Piñera y hacerles un guiño a los estudiantes que pedían su retiro" .

A su juicio, ¿por qué estuvo mal?

Es una burla. En los proyectos trabajó mucha gente, se consultó a los rectores, vino gente de la Ocde y del Banco Mundial a dar su opinión sobre el sistema de acreditación.

Espero que los proyectos se lean bien y que se rescaten aquellos en los que hubo consenso. Si quieren modificar, que lo cambien, pero retirarlo es inadecuado, son lógicas para la galería, considerando que muchos de los planteamientos esbozados sobre mejorar calidad y mayor regulación son parte de los proyectos que mandaron a dormir.

El ministro señaló que era en las universidades estatales donde se construía la cultura e investigación y que por eso serían privilegiadas en materia de financiamiento...

Es una aberración con mayúscula decir que sólo se da investigación de calidad en las estatales. Esto no es un insulto para el resto de planteles, si no para los investigadores que se desempeñan en otras instituciones. El ministro dice que sólo las universidades estatales representan el alma nacional y esto no es así, cualquier persona que cree en democracia entiende que el alma está relacionada con diversos proyectos académicos y no sólo con los estatales. Es más, es totalmente al revés, el Estado debiera potenciar la diversidad.

Pero también explica que la idea es potenciar a los planteles públicos, porque han estado más abandonados.

Creo que es más sencillo que se transparente y diga que el gobierno quiere potenciar lo estatal a que haya un discernimiento ideológico sin sentido y que empiece a denostar a los recintos privados como una forma de justificar su acción (entregar más recursos a las universidades estatales).

(El ministro) tiene una visión muy totalitaria de la sociedad y nos hace volver a un debate que fue zanjado a principios del siglo XX, cuando se decidió que la educación debía ser mixta (privado y público) y todas las políticas públicas han respetado eso, hasta ahora.

¿Usted toma como un retroceso estos primeros anuncios?

Por supuesto, es volver a la prehistoria. Vamos contra el mundo. Dicen que nuestro sistema es atípico, pero no lo es. Al tener un sistema mixto estamos alineados con la tendencia mundial y los proyectos buscaban mayor fiscalización y mejorar la calidad. Primera vez que un ministro no valida la opción privada. Ha denostado, incluso, al privado tradicional como es la U. Católica.

¿Pero no cree que las universidades públicas merecían otro trato?

Claro, pero el ministro debería, además, aprender de su universidad, la que eligió para estudiar, la universidad de Harvard, calificada como la mejor del mundo. Es privada y carísima y sin ninguna duda es el mejor plantel del mundo y produce bienes públicos indiscutibles.

Otra de las ideas que dio a conocer el ministro fue que sólo las universidades de calidad recibirían dineros públicos.

¿Y cuál es la novedad? Hoy en día los planteles no acreditados no reciben ni aportes ni créditos estatales. De hecho, los proyectos retirados buscaban perfeccionar dicho sistema. El ministro Eyzaguirre no está diciendo nada nuevo, y si está tan preocupado debería impulsar la nueva acreditación.

Eyzaguirre dijo que los planteles debían cumplir ciertos estándares y que dentro de las obligaciones a cumplir sería tener cupos de equidad.

Siento que el ministro, como economista, debería meterles más matemática a sus anuncios. Si los planteles aceptaran al 20% de la matrícula por cupos de equidad pasaría lo siguiente: primero, no creo que este porcentaje, que representa a unos 20 mil alumnos por año en el sistema universitario, se pueda llenar, porque los postulantes no estarían en las condiciones académicas y esto se ve reflejado en los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU). De aceptarlos, a los recintos tendrían que ingresar estudiantes que no están preparados y con eso crecería la tasa de deserción y frustración. Las universidades no están preparadas, y no porque no quieran aceptarlos, sino porque esta gente no está preparada.

¿Alguna recomendación, entonces, para mejorar la equidad?

Lo que tiene que hacer el ministro, si quiere integrar de verdad, es mejorar la calidad de los colegios públicos. Las universidades del Demre, la mayor parte privadas, tiene procesos de selección muy transparentes.