A comienzos de octubre, figuras de varios de los sectores que integran la DC se reunieron a cenar en un restaurante del sector oriente de Santiago.
Convocados por uno de los personeros influyentes e históricos del partido, el ex presidente y ex diputado de la colectividad, Gutenberg Martínez, la reservada cita versó -dicen quienes conocieron de lo conversado en el encuentro- en torno a una de las principales inquietudes instaladas en la colectividad: la postura que asumirá el partido tras la elección presidencial del 19 de noviembre próximo.
En abril pasado, la Junta Nacional del partido resolvió llegar hasta esa instancia con su abanderada presidencial, Carolina Goic, gatillando un escenario inédito de dos cartaoficialistas en competencia: Goic y el abanderado PS, PPD, PC y PR, Alejandro Guillier.
La decisión provocó tensiones internas que se han ido agudizando en el tiempo y que se cristalizaron con intensidad en las últimas semanas, con la firma de una carta -apoyada por al menos diez diputados y algunos consejeros del partido- llamando a concretar un acuerdo con los partidos que respaldan a Alejandro Guillier, con el fin de enfrentar unidos la segunda vuelta.
La disputa fue solo un asomo de la profundidad del debate al interior de la colectividad: mientras un grupo pide fraguar un entendimiento pronto con el guillierismo -que asoma con más posibilidades de llegar al balotaje con Sebastián Piñera-, en las últimas semanas sectores del partido han comenzado a impulsar una alternativa que podría agudizar aún más la división interna: la opción de que se dé "libertad de acción" a los militantes en la segunda vuelta en vez de dar un apoyo institucional a Guillier.
El tema estuvo sobre la mesa en la cena que encabezó Martínez y se ha explorado abiertamente en el sector Progresismo con Progreso, que integran figuras como la ex ministra de Educación Mariana Aylwin, los economistas Álvaro Clarke, Eduardo Aninat, y el ex ministro de Salud y hoy integrante de los equipos de Salud de Goic, Pedro García, entre otros.
El grupo ha sostenido una serie de encuentros en las últimas semanas donde se ha abordado derechamente dicho escenario. Se trata, dicen algunos de sus miembros, de una "etapa de discusión" para resolver las definiciones públicas que tomarán como grupo y que culminarían en la redacción de un texto común para fijar posición.
"Se están llevando adelante reuniones por el tema, no vamos a votar por Guillier y queremos libertad de acción", señala un miembro de ese grupo, apuntando al trasfondo del debate: el malestar del grupo por lo que consideran una "izquierdización" de la tienda y una profunda distancia con Guillier, con quien no se sienten representados, además de cuestionarle su cercanía al Partido Comunista.
El grupo espera reunirse la próxima semana nuevamente para debatir el tema, mientras en el intertanto han reforzados las conversaciones también con otros sectores del partido, principalmente los de ADN concertacionista, que apelan a que en segunda vuelta hay que votar por "convicción" y no por orden de partido.
Consultada por la posibilidad de que la DC decrete libertad de acción, Aylwin señaló a este medio que "va a depender mucho de qué pase con el resultado de las elecciones y no me atrevo a pronosticar qué es lo que va a pasar". El ex ministro DC Genaro Arrigada, en tanto, consultado respecto a qué debe hacer el partido si Guillier pasa a la segunda vuelta, subrayó a La Tercera que "voy a resolver en mi absoluta convicción y no voy a pedir permiso".
"(La diputada Yasna) Provoste (...) lo ha enunciado y la cito textualmente: 'en política uno actúa en virtud de sus convicciones y no de los permisos que uno pueda solicitar'. Si Yasna y diez candidatos a diputados han tomado esa bandera, que no vengan a pedir órdenes de partido para la segunda vuelta", agregó el ex secretario de Estado.
Conscientes del cisma que podría generar para el partido desmarcarse de un apoyo a la carta de la Nueva Mayoría, algunos personeros de la colectividad que defienden esa tesis han planteado en diálogos privados fórmulas para concretar dicha libertad de acción. Entre ellas, ha surgido como opción la posibilidad de que se decrete una suerte de "voto voluntario" para la militancia, al margen de la decisión política que tome el partido.
Consejo versus junta
Las gestiones de grupos falangistas contrarios a Guillier no hicieron más que recrudecer las disputa al interior del partido sobre el futuro de la DC y los temores de que la definición por el balotaje pueda acabar en un quiebre definitivo al interior de la tienda.
La profundidad de la crisis que viva el partido tras el 19 de noviembre estará mediado, dicen en distintos sectores, por la capacidad de articulación que se logre en las horas posteriores a la primera vuelta. Otro factor que puede resultar clave, es el resultado electoral que obtendrá el partido en las elecciones parlamentarias, donde por primera vez en 27 años va en lista separada con el resto de la coalición oficialista, producto de la decisión de llevar a Goic de no participar en primarias presidenciales.
Con todo, una decisión clave será la definición respecto a la instancia que delibere sobre la decisión que se adoptará con miras a la segunda vuelta: el consejo nacional o la junta nacional.
Personeros como Martínez o Aylwin han abogado porque sea la junta nacional, que reúne a 700 delegados, la instancia que dirima los apoyos en segunda vuelta. Idea que es resistida por algunos integrantes del consejo nacional, que apelan a que reunir a la junta sería una manera de dilatar la decisión. En esa dirección, apuntan también a las dificultades para "controlar" la junta y la posibilidad de que en un instancia de ese tipo pueda abrirse la discusión sobre la permanencia en el pacto de la Nueva Mayoría, considerando la fuerte tensión entre el PC y la DC que ha recrudecido en las últimas semanas.
El consejo nacional del partido, en tanto, se eligió en marzo, reorganizando fuerzas al interior de la colectividad. El diputado Fuad Chahín -del lote "colorín" y cercano a Goic-logró la primera mayoría y cinco consejeros, mientras que el sector de Martínez escogió tres, debilitando su peso en la instancia.
Al panorama general se suma que en la propia mesa directiva no hay acuerdo sobre si el partido debe comenzar a levantar puentes desde ya con el denominado guillierismo con miras a la segunda vuelta. En ese sentido, vicepresidentes como Osvaldo Badenier, Myriam Verdugo, Cristina Orellana y Ramón Mallea, pese a que han optado por mantener silencio para no dañar las opciones de Goic, en reserva han dado a conocer su postura de empezar a tener acercamientos con la carta de la Fuerza de la Mayoría.
En ese sentido, el próximo 23 de octubre miembros del tribunal supremo de la colectividad llegarán hasta el consejo nacional, junto a otros abogados del partido, para escuchar diversas opiniones jurídicas sobre cuál es la mejor alternativa para definir la posición ante el balotaje y comenzar a dirimir finalmente entre el consejo y la junta.