En el fútbol se abusa de la expresión "pasó de todo" para describir un partido con muchos sucesos e incidencias. Pero en verdad, en el último choque entre Chile y Uruguay, que se dosputó en Montevideo, pasó de todo para la Roja. Comenzando porque mientras en el Centenario la selección chilena perdía 3-0, Sergio Jadue dejaba el país para entregarse a la justicia de Estados Unidos.
A las 21.20 llegaba Jadue al aeropuerto, ya como ex presidente de la ANFP. Con la mirada perdida, protegido por carabineros y diciendo escuetamente que viajaba "a descansar", el dirigente partía para entregarse, dar toda la información que tenía, reconocer sus culpas ante la fiscalía de Estados Unidos y esperar, y se mantiene esperando, en Miami una condena indulgente gracias a su cooperación en el escándalo de corrupción que afectó a casi todas las federaciones sudamericanas.
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Agencia Uno[/caption]
Jadue no se enteraba que en el Centenario, Gonzalo Jara era pifiado cada vez que tomaba la pelota. Los hinchas uruguayos tenían muy fresco el recuerdo de la Copa América y el dedo del defensa sacando de control a Edison Cavani.
Pero la revancha charrúa llegó rápido y con goles de Diego Godín (23'), Alvaro Pereira (61') y Martín Cáceres (65'), logró un triunfo justo y contundente, que aumentaban las dudas que habían quedado en Chile tras empatar como local ante Colombia cinco días antes.
En los descuentos Jorge Valdivia se hizo expulsar por reclamos. Recibió cuatro partidos, sentenciando en cierta forma su historia en la Roja, más allá de la citación de Juan Antonio Pizzi en la anterior fecha doble, en la que no sumó minutos.
Pero no sólo el Mago fue castigado por ese partido. Eduardo Vargas fue denunciado por gestos con los hinchas locales y recibió dos encuentros de suspensión.
Parecía que se le termiba el impulso a los campeones de América y Jorge Sampaoli ya había empezado con sus acciones contradictorias, diciendo que se quedaba, pero abriendo muchas puertas. Además, antes ya se había comprometido públicamente a que su continuidad estaba ligada a que siguiera al mando de la ANFP tras las elecciones. Claro, antes de que estallara el escándalo dirigencial.
Finalmente, la caída ante Uruguay fue el último partido oficial de Sampaoli con la Roja. Después, todo se transformó en una agotadora disputa con la mesa encabezada por Arturo Salah.
Así fue el último duelo entre Chile y Uruguay. Merece la expresión "pasó de todo".