El té es una bebida muy popular en distintas culturas, que se ha consumido hace miles de años y que en la actualidad se extiende a casi todos los países del mundo. De acuerdo a Domique Blechman, estudiosa del mundo del té y fundadora de la tienda de ArTea, todos provienen de la misma planta, camellia sinensis y sus variedades dependerán del proceso por el cual atravesó la hoja. Se determinará el tipo de té, de acuerdo al grado de oxidación de la hoja al momento de ser cosechada.

El té blanco, por ejemplo, considerado como uno de los más refinados, tiene un grado de oxidación mínima y se obtiene de las hojas más jóvenes de la planta. Se caracteriza por ser un poderoso antioxidante, antibacterial y por provocar un efecto de saciedad. Además, se utiliza para disminuir trastornos ansiosos, síntomas de estrés y dolores de cabeza, ya que gracias a su compuesto de L-teanina, contribuye al aumento de dopamina y serotonina.

El té verde, por su parte, cuando es cosechado se somete a trabajos con vapores para que la hoja no tenga ningún grado de oxidación, para que de esta manera se mantenga lo más puro y verde posible. Se le conoce por mantener los estados de alerta y mejorar las funciones cerebrales.

Según explica Dominique, el té rojo y negro son los que tienen el mayor grado de oxidación. “En el caso del té negro, su hoja se tuerce completa, es decir, se espera que toda la hoja se oxide y de esta manera, lograr su intensidad característica”, explica. A diferencia del té rojo, al ser cosechada la hoja, ésta se mantiene húmeda para luego ser almacenada en bloques por mucho tiempo (incluso años). “Durante este almacenamiento ocurren dos procesos. La oxidación y la fermentación, que es cuando la hoja empieza a descomponerse. De ahí proviene ese color rojo y su olor y sabor”. En ambos tipos, contienen altos porcentajes de concentración de teína, por lo tanto, es ideal para consumir a primera mañana o mediodía para activar la mente y mejorar la concentración”.

“Cuando alguien que está estresado y necesita mantenerse despierto para seguir con su día, le recomiendo un té para poder seguir concentrado, evitando esa sensación tan activa del café”, comenta Dominique ya que, según explica, esta bebida contiene dos moléculas que actúan en conjunto: teína y L-teanina. “Estas moléculas generan un estado de alerta en paz. Cuando uno toma té, la gracia que tiene es que la teína tiene un efecto activador en el cuerpo, pero la L-teanina, nos va a ayudar a bajar esa ansiedad. Eso es súper importante tenerlo claro, porque hay muchas personas que tratan de tomar té pensando que nos va a causar el mismo efecto que el café pero no”, explica.