Todos hemos tenido esta epifanía en algún punto de nuestras carreras, cuando nos hemos visto sentados en un escritorio, cubículo o incluso en una oficina propia y nos hemos dado cuenta de que no era lo que realmente queríamos para nuestras carreras ni para nuestras vidas. Si consideramos que una persona sujeta a la jornada laboral de 45 horas semanales pasa más tiempo en el trabajo que en cualquier otra actividad durante el día, trabajar en algo que no te satisface realmente puede llegar a convertirse en una verdadera tortura. 
El siguiente paso parece ser obvio, sin embargo, es uno que muchos no queremos o no sabemos cómo dar. Si algo de tu trabajo no te gusta, debes cambiarlo. A veces descansamos en la idea de que, en la vida laboral, son nuestros jefes o alguien que está por sobre nosotros en la jerarquía, los encargados de guiar hacia dónde, cuándo y cómo avanzamos en la estructura organizacional de la empresa. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Empleo, Trabajo y Salud, elaborada por la Dirección del Trabajo, un 26,6% de los trabajadores afirma que le gustaría poder acceder a capacitación continua y planificada dentro de sus lugares de trabajo. ¿Pero cuántos seguimos aprendiendo una vez terminados nuestros estudios? 
El cambio siempre es una realidad incómoda. Y se vuelve aún más difícil cambiar cuando en el trabajo la gente que está por sobre ti no está dispuesta a darte una oportunidad de probar algo diferente, incluso cuando esos ajustes probablemente no solo resulten positivos para tu vida, sino que además terminen siendo una fórmula más productiva para el negocio también. No por nada grandes multinacionales como Unilever o Shell permiten a sus colaboradores cambiar roles dentro de la propia organización cuando hay vacantes disponibles en nuevas áreas. La idea detrás de este tipo de políticas es precisamente ayudar a potenciar las capacidades de los individuos y retener los talentos, independiente del área de la organización en la que quieran desempeñarse. 
Ya sea avanzando en la misma carrera en la que te encuentras ahora o dándole una nueva dirección a tu futuro laboral, la persona indicada para invertir en tu futuro laboral eres tú. 

Aprende por tu cuenta

Para algunos, pensar en volver a pisar una sala de clases puede parecer la escena de una película de terror. Pero estudiar no tiene por qué ser una tortura cuando estás aprendiendo algo que realmente te interesa. Actualmente, existen muchas plataformas abiertas como Coursera o edX que, asociadas con prestigiosas empresas como Google o IBM y universidades como el MIT, Harvard o el Imperial College de Londres, ofrecen clases gratis a través de internet. Además, para quienes quieren especializarse en otro tipo de temas no relacionados con la academia, existen sitios como Skillshare, Masterclass o Mentorbox, que por una suscripción mensual te permiten acceder a una enorme cantidad de material online en temas que van desde la neurociencia hasta cursos de fotografía análoga. La oferta es casi infinita y la mayoría de estas plataformas han desarrollado formatos para sus clases en los que, a través de videos cortos tipo tutoriales, los contenidos son fáciles de absorber y mucho más dinámicos. 
"Los cursos y certificaciones a través de internet sirven y son útiles, pero requieren de práctica y ejercicio", explica Francisco Torres, director de staffing y outsourcing de Randstad, empresa dedicada al manejo de recursos humanos. "Debes sumar experiencia a lo que aprendiste para que esto sea valorado en un trabajo. Al momento de seleccionar personal, certificaciones por e-learning son un plus, independiente de si el curso tiene o no relación con el cargo al cual postulas ya demuestran que el candidato tiene intereses de superarse, lo que es valorado en el mercado laboral".
Si lo que te interesa es especializarte en alguna herramienta tecnológica, también existen muchas opciones para aprender a usar distintos tipos de software e, incluso, para aprender a programar. Algunos de los sitios más reconocidos son Lynda de LinkedIn Learning, Codecademy y los cursos de programación de Udemy. Si bien las certificaciones tradicionales siguen siendo la herramienta más valorada a la hora de evaluar a un candidato para un puesto de trabajo, la calidad de los contenidos cada vez tiene mayor peso. "El mercado local sigue siendo bastante conservador y se suele valorar más lo presencial. A pesar de eso, cada vez se mira más la competencia que se desarrolla, por sobre la entidad donde se imparte el curso o la que entrega el título", explica Torres.

Aprende de otras mujeres

Si sabes de alguien que ha hecho una carrera como la que te gustaría tener en el futuro, síguele los pasos. No hay nada de malo en observar y aprender lo que otros en la industria han hecho antes que tú. "Las mujeres chilenas tenemos muchas redes de apoyo, en eso somos muy buenas. Pero tenemos muy pocas redes de trabajo porque no es un tema del que hablemos fuera del horario laboral", cuenta Gracia Dalgalarrando, fundadora de WoomUp, empresa dedicada a gestionar mentorías e instancias de networking para mujeres profesionales. La falta de referentes es otro de los elementos clave que nos juegan en contra a la hora de construir una carrera y que, a través de instancias como las mentorías y el networking entre profesionales de la misma industria, podemos ayudar a compensar. "La falta de referentes hace que tengamos pocos vínculos profesionales, que se nos resten oportunidades laborales", explica Gracia.  "Tenemos menos mamá o, menos tías que han llegado a puestos o cargos de responsabilidad y hay pocas mujeres en altos cargos, entonces no nos visualizamos a nosotras mismas ahí. Eso hace que automáticamente bajen nuestras propias expectativas de lo que podemos lograr". 
Asistir a una mentoría permite generar una instancia de apoyo entre mujeres en la que la una mujer con trayectoria, visible y reconocida en su industria, comparte su experiencia con alguien que está viviendo etapas previas por las que la mentora ya pasó. Desde esa experiencia de ser un referente es donde se entrega el valor. "El mayor aporte de la mentoría es que puedas visualizarte en esa otra persona. Hay muchos estudios que demuestran que siendo mujer y teniendo una mentora mujer el impacto es muchísimo más poderoso que si tu guía fuese un hombre", explica Gracia. "Como históricamente no hemos tenido muchos referentes ni modelos a seguir, uno no puede aspirar a ser lo que no ve. Y como una no ve a otras mujeres en altos cargos, asumes que no puede llegar a ocupar esos puestos o piensas que es algo muy difícil de lograr". 
Por el contrario, cuando aparece una mujer que sí ha sido capaz de lograr ese objetivo y te explica cómo lo ha hecho, incluso reconociendo que probablemente ha sido un camino con dificultades, el efecto es motivador: aumenta la confianza y disminuyen los niveles de ansiedad.

Dímelo en inglés

Cuando hablamos de invertir, nuestra mente tiende a imaginar dinero. Sin embargo, cuando se trata de invertir en nuestro futuro profesional, el gasto más grande no necesariamente será monetario, sino que probablemente sea en tiempo y esfuerzo. El dominio del inglés es un ejemplo de ello. "El inglés debiese ser indispensable como inversión de una carrera profesional", explica Francisco Torres. 

Si bien aprender un idioma no es una tarea fácil, tampoco tiene que ser una tarea cara. Para hacerlo existen muchas alternativas y no todas requieren a un profesor o una sala de clases. Duolingo es una de las apps mejor evaluadas por más de 2 millones de usuarios a nivel mundial. Esta aplicación gratuita te permite aprender varios idiomas, entre ellos inglés, de una forma desafiante porque plantea las clases como etapas de un juego que debes desbloquear para seguir avanzando. La gamification es una estrategia que se está utilizando cada vez más en entornos educativos -pero también al interior de las propias empresas- y que incorpora mecánicas propias de los videojuegos para fomentar el aprendizaje. Para las que no llevan la competitividad en la sangre, un formato más tradicional de clases online puede ser una mejor alternativa. El Sence ofrece cursos de inglés de ocho semanas, gratis a través de su página web. El único requisito de postulación para acceder a estas capacitaciones es ser mayor de 18 años. 

Diseña tu carrera

Todos hemos escuchado lo importante que es vernos en el puesto que queremos para llegar ahí. Y sí, la visualización es clave, pero no basta con imaginarnos en esa oficina que queremos tener ni en ese cargo que queremos ocupar. Hay que ser estrategas. "Probablemente a ninguna de nosotras nos dijeron de niñas 'tú vas a ser gerenta de una empresa' y por eso para la mayoría de las mujeres las expectativas de desarrollo de carrera son bajas", explica Gracia Dalgararrando. Como consecuencia de esta falta de incentivos tempranos, cuando nos toca salir al mercado laboral no hacemos una planificación de la carrera propiamente tal. 
La especialista de WoomUp explica que es clave tomarse el tiempo de hacer ese ejercicio de planificación y preguntarnos: en con años más, ¿dónde queremos estar? ¿Qué responsabilidades nos gustaría tomar? Con esas ideas claras, podemos empezar a definir cuál es nuestra marca o sello personal, podemos evaluar maneras de darnos visibilidad como profesionales e incluso ser capaces de preparar un pitch de presentación de nosotras mismas sin caer en la sensación de que estamos vendiendo humo. "La fase final es que con todas estas cosas más claras el networking comienza a ser mucho más efectivo y generas redes que realmente te ayudan a promocionarte", explica Dalgalarrando.