Paula 1200. Sábado 21 de mayo de 2016.

A unas pocas cuadras del polo gastronómico de Bellavista, en plena esquina de Bombero Núñez con Santa Filomena, el nuevo bar La Virgen se está convirtiendo en la gran atracción del clásico barrio. ¿La razón? Su terraza tipo rooftop en versión rústica. Está ubicada en el techo de una casa tradicional, con vista a la virgen del cerro San Cristóbal, y está hecha de madera y pallets, de las paredes cuelgan arpilleras y en sus mesas hay claveles de colores  en las botellas de cerveza. Esa es la puesta en escena para la carta creada por el chef Luis Fernando Murillo, compuesta solo de tapas, pero a la chilena: en sabor, ingredientes y en la porción, ya que son más contundentes que las clásicas españolas. "Se trata de una cocina honesta, para nada pretenciosa, pero sí muy sabrosa. Aquí los platos no tienen nombres sofisticados ni estamos haciendo nada muy raro, solo les dimos un toque más gourmet a clásicos del recetario nacional", dice Murillo. Veintitrés son las tapas para compartir, entre las que figuran una de conejo escabechado ($ 4.000), las calugas de congrio ($ 3.500) y cebiches ($ 3.500), mini sándwiches como el de pescado frito con ensalada chilena ($ 3.500) y mini empanadas ($ 3.000), imperdibles las de pino de prieta que llegan con azúcar flor (un acierto del chef). La propuesta del barman, Mauro Peña, acompaña esta carta de sabores criollos: además de ofrecer coctelería clásica, creó su propia versión del pichuncho, el terremoto, la vaina, cola de mono y del pipeño, que aquí se sirve en modo sour (todos entre $ 3.000 y $ 3.500).

Qué probar:

Carne cruda: típico crudo, pero aquí llega en formato hágalo usted mismo. Ponen a disposición toda la mis en place –huevo de codorniz crudo, cebolla morada, pepinillos, cilantro, ají verde, jugo de limón y salsas–, para que uno aliñe el suave tártaro de res que no tiene una gota de grasa ($ 6.600).

Queso de cabra apanado: chilenizaron el clásico camembert apanado y bañado en chutney, y dio como resultado esta tapa que juega con el contraste de texturas y sabores. La exquisita mermelada de ají cacho de cabra que acompaña es hecha en casa ($ 3.500).

Cócteles:

Piscopolitan: en base a pisco de 40°, con jugo de limón y una reducción de arándanos, triple sec, goma y un toque de frambuesas ($ 3.500).

Mojito Kurant: a base de vodka Absolut Kurant (de grosella negra), lleva menta, jugo de limón, un toque de pulpa de frambuesa y de mango, y hielo ($ 4.800).

Abierto de martes a sábado de 19 a 02 horas. Bombero Núñez 290, Recoleta. Reservas a contacto@barlavirgen.cl