Cuando decides habitar casas antiguas te topas con un inconveniente. No sabes si tus muebles y objetos van a andar bien en esos espacios que no fueron creados a la medida. Algo similar ocurre con los marcos. Se definen en función de las pinturas, fotografías o imágenes que van a delimitar. ¿Qué hacemos entonces los buscadores de tesoros? A nosotros nos gusta comprar muebles y objetos que están por ahí en busca de su rincón definitivo. Si compramos marcos tenemos que definir luego qué pondremos en ellos. Entonces rige la regla a la inversa: definir qué imagen amerita estar en este preciado marco. O dejarlo en blanco, hasta que aparezca la indicada. No es una mala idea y de hecho es una propuesta que se ha extendido estos últimos años. Algo similar ocurriría cuando decidamos armar una casa o remodelar la que tenemos. Pensar primero en los muebles a los que nos aferramos y que nos acomodan, y en función de ellos determinar los espacios que vestirán. Sería quizás una manera más precisa de acercarnos a 'eso que imaginamos'. He tenido la oportunidad de repetir varias veces que elegir un objeto o mueble solo por gusto nos llevará tarde o temprano a que este encuentre su lugar. A la inversa, si uno lo elige por una función específica que puede mutar, entonces estamos más cerca de alguna vez querer prescindir de él.

En el caso de los marcos que he acumulado, ha sido más que nada motivada por mi marido pintor. Siempre dice que alguna vez se tomará el tiempo de pintar algo para eso marcos. Entonces los junto sin miedo, y mientras los pongo vacíos en los muros a la espera de la imagen que enmarcarán.

Un dato:

El taller del marco (Av. Brasil 1140, Santiago) hace todo tipo de trabajos en marcos y espejos antiguos. Además ofrece un extenso stock de marcos antiguos originales.