El Partido de la Gente comenzó la semana con nueve diputados en el Congreso, pero enfrentó su primera gran crisis política y comenzó una especie de purga. Tres congresistas de la colectividad de Franco Parisi votaron por Vlado Mirosevic para la presidencia de la Cámara y no por un militante de su propia colectividad que aspiraba al mismo puesto, Víctor Pino. El caso derivó en que el diputado Francisco Pulgar fuera expulsado el miércoles, en medio de una tormenta que afecta al partido con mayor número de militantes del país.

Pero, más allá del Partido de la Gente, sus peculiaridades y sus fórmulas para conectar con un electorado ilustrado y fundamentalmente masculino, el episodio de esta semana abre las preguntas acerca de la fuerza del antipartidismo en Chile, la fragmentación del sistema político y las vías de salida. Es un fenómeno que se arrastra hace décadas, del cual fuerzas como el Partido de la Gente son una muestra. Es un momento de crisis de la democracia representativa y de los partidos que la sustentan.

Para conservar sobre lo que está en el fondo en el debate sobre el Partido de la Gente, hoy, en el Café Diario, conservamos con el sociólogo y doctor en Ciencia Política Octavio Avendaño, académico del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile. Dentro de poco, publicará su investigación “Políticos contra los partidos”, justamente sobre el antipartidismo en Chile.