"Al final, teníamos que restaurar la confianza de los inversionistas", dice Michael Oxley, ex congresista republicano estadounidense y uno de los autores de la reconocida Ley Sarbanes-Oxley.

La ley, que buscaba monitorear a las empresas que cotizan en bolsa para evitar fraudes, surgió luego de uno de los escándalos empresariales más grandes de la historia de EEUU. En 2002 se descubrió que Enron -una de las mayores empresas energéticas del país- había alterado cifras en sus balances entregando información fraudulenta a los inversionistas. La compañía cayó en la bancarrota, 4.000 empleados quedaron en la calle y US$ 8 billones (millones de millones) de capitalización bursátil desaparecieron del mercado. Junto con Enron, cayó la compañía que los auditaba, Arthur Andersen.

"Los abogados, los auditores, los contadores, la junta directiva y los analistas de acciones estaban involucrados", explicó Oxley en el seminario internacional de KPMG "Desafíos para los directorios" ayer en Santiago.

 Después de once años de la aprobación de  SOx, el coautor analiza con PULSO sus efectos y los principales desafíos quevendrán. ¿Cuáles son las lecciones? "El hecho de que casi todo mercado haya adoptado de alguna forma esta ley demuestra que fue importante internacionalmente".

¿Cuál es legado que deja la ley?

-Creo que el legado es que nunca más, después de casi 12 años de la aprobación de la ley, tuvimos un escándalo como el de Enron y WorldCom. No hemos tenido esa clase de eventos cataclísmicos porque Sarbanes-Oxley se hizo para evitar los siguientes escándalos y no necesariamente para castigar a los culpables, porque serían  castigados bajo la antigua ley. Así que la nuestra fue un intento para la mayor transparencia en la rendición de cuentas para tratar de que no volviera a ocurrir lo mismo.

¿Qué problemas siguen sin resolver en la transparencia de las organizaciones y empresas?

-Todavía hay cambios y regulaciones, se están haciendo cambios constantes con The Public Company Accounting Oversight Board, una comisión que creamos en la ley para supervisar a la industria auditora. Antes de la ley, las auditoras se autorregulaban  y eso falló miserablemente con Arthur Andersen, la firma auditora para Enron. Así que está constantemente evolucionando. Temas como la protección a los delatores están constantemente siendo litigados así que es un proceso continuo.

¿Cuáles son los elementos clave para la transparencia ?


-Primero que todo, se necesitan los registros corporativos. Pero hay algunos casos en que las discusiones están relacionadas con que las empresas no quieren que esos datos sean conocidos por sus competidores así que hay una cierta cantidad de lineamientos que hay que seguir. Pero las empresas son cada vez más transparentes como ahora la Corte Suprema, que es más transparente de lo que siempre ha sido. Eso está cambiando de forma extremadamente lenta pero es importante en términos de mercado. Lo más importante que las empresas deben hacer es transparentar: dejar que los accionistas sepan exactamente qué decisiones se han tomado y por qué, para que los potenciales inversionistas puedan sentir que tienen los controles internos necesarios  para sentirse cómodos al invertir en la compañía. La mayor ventaja de las empresas es ser transparentes y honestas porque es lo que las personas esperan. Si no lo son, las personas van a invertir en otras compañías o lugares. Los inversionistas van a donde se sienten bienvenidos  y donde sienten que la firma está siendo honesta con ellos.

¿Cuáles son los principales desafíos para los gobiernos corporativos? 

-Ha habido un cambio en las responsabilidades de los directorios. Antes de Enron muchas de las juntas directivas tocaban ligeramente los  temas, hacían lo que la gerencia quería que hicieran. Ahora se reúnen más seguido, si se está en un comité como el auditor o el de compensación, se necesita tomar decisiones muy controversiales por lo que se necesita gente realmente calificada. Eso es un constante desafío, también es interesante el rol que cumplen las mujeres en las juntas directivas. Sigue siendo un porcentaje muy bajo el de mujeres que participan en los directorios. Pensamos que tal vez al aprobar la ley aumentaría la disponibilidad de mujeres en los directorios, hubo un aumento pero no el que esperábamos. Todavía hay solo cerca de un 20% de mujeres.

¿Por qué no aumentó?

-Tradicionalmente los directorios habían sido como un Club de Toby; las mujeres no habían alcanzado el nivel en la sociedad que se creía que se necesitaba para los directorios. Ahora eso está cambiando, pero no tanto como yo esperaba.