Estudio de BCG: empresas sudamericanas tienen bajo nivel de información de medición de emisiones contaminantes

La planta de Ventanas es una de las empresas más cuestionadas por sus emisiones contaminantes.

Según Boston Consulting Group, sólo el 11% de las compañías de la región dan a conocer sus emisiones directas de gases de efecto invernadero, aunque están ligeramente arriba del promedio mundial.


A pesar de su responsabilidad de mitigar la crisis climática con reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en sus operaciones y cadenas de suministro, las empresas en el mundo no han avanzado mucho en la medición integral y en dicha reducción durante el último año.

Esa es la principal conclusión a la que llega un nuevo estudio de Boston Consulting Group (BCG) y la consultora CO2 AI, titulado “Why Some Companies Are Ahead in the Race to Net Zero” (Por qué algunas empresas están a la cabeza en la carrera hacia Net Zero).

De hecho, entre los hallazgos clave a nivel global, sólo el 14% de las empresas afirma haber disminuido las emisiones de acuerdo con sus ambiciones en los últimos cinco años. Esto se traduce en tres puntos porcentuales menos que en 2022, argumentando “las difíciles condiciones económicas” y “las limitaciones de capital” como desafíos para sus esfuerzos de reducción.

Ahora, el estudio hace un zoom en la fijación de objetivos para la reducción de emisiones “Alcance 3″, que es uno de lo que más preocupa al sector privado. Se trata de la más amplia categoría de los GEI, que abarca todas las emisiones indirectas derivadas de las actividades de una compañía y que provienen de fuentes que no están bajo su propiedad o control, como por ejemplo la actividad de sus proveedores y cadena de suministro. El informe es optimista en esta área, develando que ha aumentado en los últimos tres años, llegando al 35% de empresas que declaran hacerse cargo de este ítem en 2023. Y al desglosarlo por sector, la industria de la salud lidera el ranking, con un poco menos de la mitad (44%) de las firmas que están abordando el tema, seguida por bienes industriales (42%) y el sector de telecomunicaciones y medios de comunicación (40%).

El estudio se basa en las investigaciones sobre el progreso de las empresas en todo el mundo, además de encuestas a 1.850 ejecutivos responsables de la medición, reporte y reducción de emisiones en sus organizaciones, abarcando 18 industrias principales y 23 países, entre ellos, Chile. Cada organización participante tenía al menos 1.000 empleados y unos ingresos anuales que oscilan entre los US$100 millones y más de US$10 mil millones.

Sudamérica

Según el reporte, sólo el 11% de las empresas sudamericanas informan medir de manera integral sus emisiones de alcance 1 (directas), 2 (indirectas generadas por la electricidad consumida y energía en general) y 3. A pesar de que es un punto porcentual superior al 10% global detectado por esta encuesta, revela un retroceso con respecto a 2022, en que fue del 13%.

La buena noticia es que Sudamérica lidera el establecimiento de objetivos de reducción de emisiones de Alcance 3, el cual ha aumentado en 21 puntos porcentuales (dos más que a nivel global) desde 2021, del 36% al 57%. Al mismo tiempo, un mayor número de encuestados señaló que ha establecido objetivos de reducción de alcance 3, un aumento también de 21 puntos porcentuales desde 2021, del 24% al 45%. Esto supone 10 puntos porcentuales más que el promedio de las organizaciones participantes a nivel global.

Además, el 59% de los encuestados tiene iniciativas de reducción conjuntas con sus proveedores, esto es, 11 puntos más que el promedio de los participantes.

A diferencia de otras regiones, el 62% de las organizaciones en Sudamérica indica que la presión regulatoria es una de las causas principales a la hora de motivar la medición y presentación de informes sobre emisiones. Los participantes tienen 1,4 veces más probabilidades de considerar positivamente las regulaciones de presentación de informes, versus otras regiones.

Por otro lado, el 48% de los encuestados en la región (el 40% a nivel global) estimó un beneficio financiero anual de al menos US$100 millones al alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones. “Sin embargo, las organizaciones que han avanzado en la descarbonización no sólo están consiguiendo beneficios financieros, sino también otros no financieros como la mejora reputacional, cumplimientos regulatorios o costos operativos más bajos, entre otros”, explica Ángel Martínez, managing director y partner de BCG.

Otro de los hallazgos de este informe es el liderazgo de Sudamérica con respecto a otras regiones en la automatización de sus procesos de gestión de emisiones. El 62% de los encuestados tiene procesos de medición y presentación de informes de emisiones parcial o totalmente automatizados, en comparación con el promedio de la encuesta del 51%.

Por último, el 38% de las compañías de la región planea ampliar el despliegue de herramientas impulsadas por inteligencia artificial (IA) en los próximos tres años para mejorar la precisión, la eficiencia y la toma de decisiones en la gestión de emisiones, esto es, ocho puntos más que el promedio global.

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