El fantasma de la automatización del mercado laboral

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El impacto que tendrá en el mercado laboral chileno el reemplazo de los trabajadores por sofisticadas máquinas o inteligencia artificial, no es muy claro, pero existen estudios internacionales. Concluyen que la automatización la sienten personas de baja y alta calificación, y que sí golpea los salarios. Sin embargo, su efecto ha sido gradual.


No existen muchos estudios locales sobre el potencial impacto en el mercado laboral chileno de la automatización. Se sabe qque habrá una destrucción de puestos que serán reemplazados, pero nada se dice que cuántos se crearán. Es así como, con razón, es un asunto que preocupa a las personas. De hecho, en la última negociación colectiva de los trabajadores de Walmart Chile, el mayor sindicato del país, fue uno de los puntos que estuvo sobre la mesa.

En Chile, las empresas están bien claras en que se debe avanzar hacia allá y así ha quedado consignado en las encuestas de percepción de negocios realizada por Banco Central. "La mayoría de los entrevistados ratifica que tiene proyectos de inversión, principalmente ligados a la automatización y a hacer más eficientes sus procesos. En varios casos, los consultados señalan que ya realizaron los proyectos más grandes de ampliación de capacidad el año pasado o que están en curso y esperan terminarlos en los próximos trimestres", dice el documento.

Para encontrar estudios sobre las consecuencias de este fenómeno se debe mirar afuera. Es que el mundo ya entró de lleno a estudiar el efecto de la automatización en el largo plazo. Un estudio de Harvard, publicado este año, analizó datos públicos de 36 mil empresas en Holanda -cubriendo unos 5 millones de personas- que realizaron alguna automatización de procesos entre el año 2000 y 2016. El resultado fue que si bien el 9% de los trabajadores pertenece a compañías que realizan grandes inversiones en automatización, al año sólo el 2% de ellos dejaba la empresa. Luego de cinco años, el 8,5% había salido de la empresa (acumulativamente). Eso sí, el estudio no pudo diferenciar entre quienes se fueron por opción propia o fueron despedidos.

El sondeo de la universidad planteó que el impacto es más frecuente en trabajadores con mayor educación y mejor pagados. Ahora bien, ellos parecen encontrar otro trabajo más rápidamente. Es decir, su empleo es más afectado, pero en los trabajadores con menos ingresos o calificación, el impacto es más duro. El análisis hizo un zoom en empresas que realizaron un fuerte salto en automatización, definida como triplicar la inversión promedio. El hallazgo fue que el 0,7% de todos los trabajadores en promedio perdieron su empleo cada año por la automatización. Pero en torno a 3,5% y 7,2% perdió su trabajo en despidos masivos (4,4% en EEUU) producto del declive en las ventas o bancarrota. Por lo tanto, el impacto de la automatización resultó menor que el cierre de plantas o despidos masivos, y además es más gradual. "El real impacto de la automatización es en ingresos y en tiempo de desempleo", concluye la investigación, y agrega que este efecto a nivel de ingresos genera una pérdida de unos 3.800 euros en 5 años, en torno a 9% de un año por el periodo que queda sin empleo. Las contrataciones más recientes también experimentan un impacto negativo, pero solo alrededor del 3% de los ingresos de un año, lo que tal vez refleja su adaptabilidad y flexibilidad como nuevas contrataciones.

¿Y en Chile?

Un estudio de PwC, titulado "How will automation impact jobs? (2018)", estimó que para el 2023 la automatización generará un aumento en US$15 billones al PIB mundial. Pero también cobrará para esa fecha el 30% de los trabajos que a la fecha tienen un potencial riesgo de poder ser realizados por una máquina. Los más afectados serán los trabajadores con menor educación, ya que el 44% de este grupo, a mitad de 2030, perdería su trabajo de no perfeccionarse.

El sondeo también mira a Chile y plantea que para esas mismas fechas, el 28% de los trabajos podría ser potencialmente automatizado. El 32% de las labores realizadas por hombres y 21% en el caso de mujeres serán los afectados por la llegada de máquinas. Mientras que a nivel de educación, los que más tendrán problemas serán los de menor educación con un 35% de probabilidad de quedar cesante y el sector más afectado será el manufacturero con un 32% de potencial de cambiar funciones realizadas por personas a robots. (Ver infografía).

La pregunta es qué pasa en el neto. ¿Se crean más puestos de los que se destruyen? "A nivel neto y en largo plazo, siempre el desarrollo tecnológico ha agregado más trabajos de los que ha eliminado, pero la transición puede ser de alto impacto para algunas personas", proyecta el director de Transformación Digital de Digital Bank Latam, Mario Ernst.

El socio principal de PwC Chile, Renzo Corona, cree que "a veces se enfrenta de manera equivocada cuando se habla de la pérdida de empleo por la automatización, en vez de hablar de las oportunidades que nos brinda para una reconversión laboral, para que la gente se capacite y pueda desarrollar más multitareas".

Y esto es lo único en que hay consenso. La capacitación continua parece ser una solución. La economista, Andrea Repetto, plantea que "hacia adelante, dado que no sabemos qué traerá la tecnología en el futuro, será crucial la formación en habilidades transversales, aquellas que son útiles en cualquier empleo, como la resolución de problemas, la creatividad y el trabajo en equipo. También será importante ofrecer capacitación continua y un seguro de cesantía fuerte para que las personas puedan enfrentar transiciones entre empleos".

El socio de Servicios de Consultoría en Tecnología de la Información de EY, Ángel Izurieta, es optimista ante este proceso y plantea que "los ejecutivos de todas las empresas tenemos un rol clave en el desarrollo de competencias digitales en todos los equipos de trabajo, desarrollando programas de capacitación en todos los niveles que apunten a dar mejores habilidades y dar espacio a la reconversión".

"Para mitigar el efecto de un mayor desempleo hay que capacitar la nueva mano de obra, hay que capacitar empleados más técnicos, no tanto ingenieros o abogados, sino gente más técnica que en el día a día sea mayor aporte en el trabajo diario de la empresa", plantea el socio director de AltaDireccion Capital, Cristián Cerna.

En la misma línea, el socio líder de Managing Consulting de KPMG, Diego Balestra, plantea que "la clave es la capacidad de adaptación que tendrán las organizaciones y sus respectivos colaboradores. La actualización efectiva va más allá de solo decirle a las personas que utilicen las nuevas tecnologías, es necesario convencerlas de que el cambio tecnológico es positivo y que, así como afectará algunos empleos, también se crearán otros nuevos".

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