La nueva era de Latam

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En marzo, Enrique Cueto dejará la gerencia de Latam Airlines, un hecho que marcará la salida de la familia controladora de la administración de la aerolínea. El actual CEO quería abandonar la primera línea hace tiempo, pero las condiciones no lo habían permitido. Ahora dice adiós, entrega el mando ejecutivo a Roberto Alvo y se apronta a llegar al directorio.


Hace diez meses, Latam Airlines contrató a la firma de head hunter internacional Egon Zehnder. La misión era clara: buscar al reemplazante de quien por años había sido el mandamás de la principal aerolínea nacional. Enrique Cueto había decidido decir adiós al liderazgo gerencial de la compañía; renunciaba así, a su cargo de CEO. Llevaba 25 años al mando y ya estaba cansado, confirman cercanos. Con ello, la familia Cueto sale del management. Ese proceso terminó el martes último con el anuncio de su partida y del nombramiento de Roberto Alvo en su reemplazo. "Los día a día como CEO de una empresa así son muy cansadores. Enrique ya tiene 60 años y seguir con un ritmo de levantarse a las siete de la mañana y llegar a casa a las diez de la noche, lidiando todos los días con los problemas que una aerolínea tiene, debiendo estar conectado cada fin de semana, es muy cansador", revela una fuente ligada al ejecutivo. "Cuando alguien lleva 25 años de CEO, la pregunta no es por qué se va, sino cómo ha durado tanto en ese cargo", añade un miembro del directorio de la aerolínea.

Coincidentemente, el anuncio de la renuncia de Cueto que se materializará en marzo de 2020, viene justo cuando Latam Airlines cumple 90 años. Gran parte de su historia la hizo como Lan Chile, firma que tuvo una tradición estatal hasta que en 1994 pasó a manos privadas, cuando la familia Cueto, junto a Sebastián Piñera y las familias Eblen e Hirmas, la compraron.

De ahí en adelante, el salto fue exponencial. Pasaron de ser una aerolínea con unos 10 aviones, operaciones solo en Chile e ingresos por US$ 390 millones, a ser un holding internacional con presencia en seis mercados domésticos, 314 aviones, más de US$ 9.895 millones en ventas, y una capitalización bursátil de US$ 5.697 millones.

Desde el entorno de Enrique Cueto explican que la familia hace años había llegado a la conclusión de que debían salir de la administración. La decisión comenzó a tomar forma hace años. Ignacio Cueto lo hizo primero, en 2017, cuando dejó su cargo como CEO de Chile para asumir en el directorio, el cual hoy preside. Y en el último tiempo estaban buscando justamente el momento preciso para que lo pudiera hacer Enrique. Es que en los últimos años debieron navegar por aguas turbulentas. En 2012 se concretó la fusión con TAM; el proceso, sumado a las volatilidades de Brasil, hicieron mella en los balances. Desde ese año hasta 2015 las utilidades les fueron adversas, se nutrió de números rojo; ese mismo año, el débil escenario económico regional hizo que la acción de Latam llegara a mínimos en diez años -bordeando los $ 3.27. Y así suma y sigue, hasta que en 2016 el cuadro comenzó a mejorar: retomó las utilidades, que superaron los US$ 213 millones en 2018; y su valor en bolsa empezó a subir.

Cercanos a los Cueto comentan que cuando vieron que el panorama completo de la aerolínea estaba más ordenado, llegaron a la convicción de que era el momento de que Enrique iniciara su salida como CEO.

La compañía ya tenía una flota mejor definida y los estados financieros iban al alza, principalmente por la recuperación del negocio en Brasil. "Hemos hecho procesos de transformación en varias dimensiones: estructura organizacional, ahorro de costos, orientación al cliente, salir airosos de la crisis económica brasileña tras la fusión con Tam y establecer el Joint Business Agreement con American Airlines e IAG. Los fundamentales de la compañía están mucho más sólidos y tranquilos para avanzar", asegura una alta fuente de la compañía.

A fines de agosto, Enrique Cueto definía así el momento de la compañía: "Estamos muy contentos de lo que hemos construido, nos costó, nos demoramos. Esta es una región que tiene sus vaivenes económicos y por eso estamos donde estamos y ha costado construir, pero nosotros creemos en esto".

Bajo ese escenario, en noviembre del año pasado remitieron un hecho reservado a la Comisión para el Mercado Financiero que informaba del proceso de búsqueda del sucesor.

Extranjeros que buscaban ser CEO

La búsqueda impulsada por Egon Zehnder fue extensa. Conocedores del proceso relatan que se entrevistó a ejecutivos con buenas posiciones, tanto de Latam Airlines como de empresas extranjeras. "Desfilaron muchos ejecutivos de todas partes del mundo, pero la mayoría provenía de Estados Unidos y Europa. Todos ligados a la industria aérea", confidencia una fuente.

La elección del nuevo CEO no solo pasó por el filtro de los head hunters. Un rol protagónico y clave tuvo el comité de liderazgo del directorio de la compañía, compuesto por cuatro miembros de la mesa, quienes entrevistaron a todos los postulantes. Al final del día la balanza se inclinó por Roberto Alvo Milosawlewitsch (50 años). "Se armó un proceso serio y responsable de búsqueda, para no tomar rápidamente una decisión arbitraria", señala un participante de esa instancia. "(Alvo) Es un ejecutivo muy calificado, que por su experiencia no tiene nada que envidiarle a ningún CEO de otra aerolínea global", enfatiza. La decisión se socializó con la familia Amaro, exdueños de Tam, y dieron su visto bueno.

Roberto Alvo -actual vicepresidente comercial de Latam Airlines, a cargo de la gestión de los ingresos del negocio de pasajeros y de carga del grupo- lleva 18 años en la compañía. Y ha pasado por prácticamente todas las áreas: fue vicepresidente senior Internacional y Alianzas de la firma, vicepresidente de Funciones Corporativas, director de Administración y Finanzas en Lan Argentina, gerente de Desarrollo y Planificación Financiera de Lan Airlines y subgerente de Finanzas de Lan Airlines. Y a partir de marzo de 2020: CEO de la aerolínea.

Quienes lo conocen coinciden en que era el nombre natural para asumir. Desde que llegó a la firma en 2001 -proveniente de SQM- se ganó la confianza de Enrique Cueto. Un exdirector relata que llamó la atención su capacidad analítica: las cifras las manejaba al dedillo, desde el número de horas que están los aviones en el aire, el combustible, los desgastes de los aviones... todo. Tal condición se entremezcló con su capacidad negociadora.Lideró procesos complejos: fue quien estructuró la fusión de Lan con Tam, firmó el acuerdo extrajudicial con la Fiscalía Nacional Económica para tal acuerdo; trabajó en la entrada de Qatar Airways a la propiedad, y en el JBA con IAG (Iberia y British) y American Airlines, que si bien fue aprobado en varios países, fue rechazado en Chile.

Ingeniero civil de la Universidad Católica y MBA de IMD en Lausanne, Suiza, Alvo habla cuatro idiomas (español, inglés, francés y portugués). Quienes han trabajo con él confirman que no solo es un hombre sumamente inteligente, capaz de resolver problemas rápidamente y con una alta capacidad de aprendizaje, sino una persona cercana: "Roberto es de los líderes más potentes que conozco", puntualiza un ejecutivo. Y relata: la primera vez que Alvo fue a las oficinas de Latam en Miami como responsable de Carga, la situación en tales dependencias no era fácil. Él reunió a un equipo grande, de diferentes nacionalidades y logró alentar a los trabajadores, unirlos, "un liderazgo supercercano", precisa. Así fue también como encargó decenas de anteojos para ver el eclipse del pasado julio con su equipo, en línea con su pasión por la astronomía y la física.

Fanático del baseball, Alvo es amante de la cocina. Además de tener restaurantes preferidos en EE.UU. y España, cocina regularmente. Quienes lo conocen recuerdan sus asados y comidas en su casa. "Si invitaba un jueves, uno lo veía salir a las 5 de la tarde de la oficina para preparar los platos", señala un asistente a tales eventos. En esas ocasiones dejaba de lado su intensidad laboral. Alvo llega antes de las 8:00 horas a Latam y se va a última hora, junto con estar conectado todo el tiempo ante cualquier emergencia. "Este trabajo no se mide en horas; este nivel de responsabilidad exige estar en función de esto", dice un exdirector. "Y a Roberto esto le gusta", añade.

La hoja de ruta del nuevo líder

A comienzos de los 80, la familia Cueto tenía un DC-8. En ese momento, era Enrique con su hermano Juan José quienes cargaban el avión, confirman exintegrantes de la mesa de la aerolínea. Ese ejecutivo que cargaba aviones convirtió a Latam Airlines en el holding internacional que es hoy. Tales ganas y aspiraciones -como lo catalogan cercanos- son las mismas que según las fuentes contactadas califican a Roberto Alvo. "Obviamente el piso de donde parte Roberto es diferente al que partió Enrique, porque hoy la compañía es más grande, pero sus ganas van a impulsar la compañía a otro nivel", confirma un exejecutivo. Y ya ha dado muestras de su avance: Roberto fue quien promovió a nivel comercial la necesidad de incorporar un modelo low cost. "Para una compañía grande, con buenos resultados, convencer para cambiar el modelo de negocios no era fácil, y él lo hizo", comenta un ejecutivo.

Más extrovertido que Enrique, Alvo -confirman altas fuentes al interior de Latam- tendrá así varios desafíos. En la parte comercial, deberá seguir buscando e implementando alianzas internacionales, especialmente los JBA (Joint Business Agreements). En esa línea, tendrá que profundizar la modernización de la compañía. En el mundo digital y de servicio al cliente, deberá implementar una base de tecnología para, por ejemplo, avanzar más rápido en la conectividad de la flota a internet y otros servicios.

Todo, para al final del día intentar alcanzar la guinda de la torta: recuperar el grado de inversión, lo que debiera darse como resultado del cumplimiento de las metas anteriores, confirman conocedores.

En el intertanto, Enrique Cueto lo mirará de cerca. Cercanos a la familia aseguran que "será propuesto como director de la compañía en abril próximo, con miras a que integre los principales comités del directorio".

Es que si bien se prevé que una vez fuera de la administración de Latam participe de manera más activa en el family office Costa Verde, no asumirá ningún rol relevante ahí, ni tampoco se espera que arme un negocio propio. Su familia -coinciden cercanos- tiene mucho dinero invertido en Latam como para abandonarla completamente.

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