Una rebelión de los bailarines en la Quinta Vergara
Ocurrió en 2020, un año en que el Festival de Viña estuvo tensionado por el estallido social, todavía en ciernes. En las calles de la Ciudad Jardín hubo manifestaciones e incluso ataques a autos y a mobiliario público. También a las vans que mueven a personal y a los artistas hacia la Quinta Vergara, como la que llevaba a Ricky Martin. “Siempre hay que visibilizar las demandas sociales, pero había unos pocos que no están buscando esas demandas, sino que hacer daño a otros. Según mi punto de vista, esos pocos provocaban un caos que un riesgo para la seguridad de las personas, porque aquí nadie le puede prohibir a alguien que vaya a un concierto, que vaya a un festival”, cuenta Daniel Merino, productor ejecutivo del Festival durante el período de administración de la alianza temporal de Canal 13 y TVN, que este año llegó a su fin.
En la organización del Festival había preocupación por eventuales incidentes. “Hubo turbas de gente que primero amenazaron con tomarse la Quinta, con impedir el paso, quemarnos el cerro y hacernos mil cosas. Las amenazas eran ciertas. Toda esa información era muy abrumante”.
La tensión se sintió en los días previos y obligó a tomar una decisión. “Tuvimos que cancelar la obertura. A ver, yo creo que el Festival de Viña tiene el deber de mostrar lo que pasa en el país, no podemos hacer como que no pasa nada. Se planificó hacer una obertura para tocar el tema de las demandas sociales, pero desde un punto de vista artístico”, explica Merino.
Sin embargo, la idea generó desacuerdo. “Había gran parte del equipo artístico que no estuvo de acuerdo con eso y quería que fuera una obertura más dura con información que no es para la pantalla, donde puede haber un niño, viendo donde puede haber una familia viendo. Dos días antes del inicio se me rebeló ese equipo. me dijeron nosotros no vamos a hacerlo así. Entonces tuvimos que rearmar esa esa obertura hasta última hora. Y al final no se dio porque todo el mundo estaba atrapado en el Hotel O’Higgins y no podían llegar”, agrega Merino.
Un rescate desde el Hotel O’Higgins y un momento en que hubo peligro
El día en que arrancaba ese Festival 2020, el 23 de febrero, el Hotel O’Higgins fue atacado por turbas que incendiaron automóviles en las afueras. Ello obligó a una operación para evacuar a quien estaban alojados ya que la administración del Hotel decidió suspender su funcionamiento. ”Los logramos evacuar a todos -apunta Daniel Merino-. No hubo ninguna persona que saliera dañada, pero me acuerdo de estar muy molesto ese día con un canal de televisión de la competencia, porque estaban los manifestantes por el frente del Hotel O’Higgins y mientras sacamos a la gente por la puerta de atrás del hotel con un dron, este canal mostraba por donde estaba saliendo la gente, para que estos manifestantes vinieran a atacar. Entonces, estuvimos llamando al director ejecutivo de los canales para que llamaran a esa gente del otro canal. Fue uno de los peores momentos de mi vida”.
Merino recuerda haber hecho gestiones con las autoridades para contener la violencia. “Cuando comenzó a quedar la escoba en la calle, a tal nivel que ya era demasiado, yo llamé una autoridad muy importante y le digo: por qué no frenan esto afuera, esto va a llegar a la Quinta Vergara. La respuesta que recibí de esa autoridad fue “yo no puedo hacer nada más”. Y cuando me dice eso yo dije, aquí cagamos. Yo contaba con las policías, con la PDI, con carabineros que hicieron tremendo trabajo. Si no hubiera sido por las policías, eso no salía, no se hacía. Aquí la autoridad civil hizo lo que le correspondía hacer, pero quién dio la cara afuera fueron las policías y les agradezco eternamente por su trabajo”.
La sorpresiva inclusión de Diego Urrutia
El 13 de febrero de 2023, un remezón sacudió a la organización del Festival. El actor Daniel Alcaíno, quien se iba a presentar con su personaje Yerko Puchento, decidió bajar su presentación en la Quinta Vergara tras no lograr acuerdo para cambiar el día de su presentación, que iba a coincidir con las de las argentinas Tini y Emilia, sumadas en reemplazo de Maná.
La situación generó una carrera contra el tiempo. El Festival comenzaba en una semana ya había que encontrar un reemplazo. Comenzaron a tantear varios nombres, sea directamente o a través de productores, como pasó por ejemplo con Lucho Miranda, Ignacio Socías y hasta Luis Slimming. “Fue muy difícil porque es muy complejo que un artista acepte el desafío, no porque no les parezca relevante el festival, sino porque hay que hacer contenido para esta tremenda pantalla, iluminación para más de 800 luces, cuando en un show normal usa 200, o sea en una semana no lo hace”, dice Daniel Merino. “Empiezas a llamar y todos te dicen que no, que el otro año y así. Y cuando la encuentras te das cuenta que no es fácil porque hay muchas complicaciones logísticas”, apunta Merino.
Finalmente, el elegido fue el joven comediante de Temuco, Diego Urrutia. A sus 28 años y con una carrera forjada entre TikTok y los circuitos de stand up comedy era un desconocido total para la mayor parte del público, pero ya era seguido por la organización. Un procedimiento habitual en la búsqueda de nombres no solo para Viña, sino para otros eventos del verano como el Festival del Huaso de Olmué y el Festival de Las Condes. Es decir, la producción de Viña y los canales manejan una cartera de nombres a los que se les ha dado seguimiento y en cuando hay interés, se graba sus rutinas. Luego se evalúa en el Comité ejecutivo antes de pasar a la comisión organizadora donde se da el visto bueno final.
“Lo de Diego Urrutia fue porque estaba en la mesa hace mucho rato. Pero no sabíamos cómo iba a reaccionar la gente, es como lo que pasó con (Andrea) Bocelli, entonces él se me ocurrió porque ya estaba en la lista. Yo sentí que él lo hizo porque no tenía nada que perder y mucho que ganar”.