El bicampeón es un desastre: Ecuador lo golea en Quito

Claudio Bravo, Arturo Vidal

La selección chilena jugó un partido desastroso y sufrió un 3-0 rotundo del combinado local. La clasificación a Rusia 2018 se ve muy lejos y, lo que es peor, el nivel de la Roja parece esfumarse.




FICHA DEL PARTIDO

ECUADOR 3: E. Dreer 5; J. C. Paredes 5, A. Mina 6, L. Caicedo 5, C. Ramírez 6; A. Valencia 6, C. Noboa 6, J. Orejuela 6, F. Martínez 5 (88', J. Cazares -); E. Valencia 6 (82', J. Ayoví 4) , F. Caicedo 5 (51', R. Ibarra 4). DT: G. Quinteros 6.

CHILE 0: C. Bravo 3; M. Isla 3, E. Roco 3, G. Jara 1, E. Mena 2; M. Díaz 2 (50', N. Castillo 3), P. Hernández 2; Ch. Aránguiz 2, A. Vidal 3; E. Vargas 2 (74', L. Valencia 3), A. Sánchez 3. DT: J.A. Pizzi 2.

Goles: 1-0, 19', Antonio Valencia remata bajo tras asistencia de Enner Valencia y el resbalón de Mena. 2-0, 23', Ramírez, de disparo al primer palo ante una defensa inmóvil. La jugada nace desde la derecha, por un centro en que sorprenden a la zaga tras un saque de costado. 3-0 , 46', Felipe Caicedo anota al desviar completamente solo un tiro de Antonio Valencia desde la derecha.

Árbitro: Mauro Vigliano (ARG) 5. Amonestó a Ramírez (E); Bravo (CH).

Estadio Olímpico Atahualpa de Quito. Asistieron 35 mil personas.

CRÓNICA

Se acabaron las ideas. El juego, el físico, las ganas, el deseo. Quizás se acabó el vuelito de los llamados bicampeones de América. No hay orden ni paciencia. No hay estructura ni temple. Se va todo al carajo. Chile parece un equipo muerto, un fantasma, una combinación de grandes nombres sin alma. Hizo todos los méritos para la derrota ignominiosa que sufrió en el Atahualpa de Quito, el 3-0 que celebra Ecuador y que deja a la Roja muy fuera de Rusia 2018.

Cero juego, cero viveza y, lo que es peor, cero actitud. Como un calco de la derrota en Asunción,  hace un mes. En 25 minutos la Selección es un desastre. Y recibió el mismo castigo: dos goles tempraneros y  casi pegados. El de Antonio Valencia, a los 19 minutos y sin custodia en el área, y el de Cristian Ramírez, a los 23', de frente al arco con una marca apenas visual.

¿Qué planificó Pizzi? Una zona de volantes nunca antes vista en el Equipo de Todos. Por nombres y también por dibujo. Con Marcelo Díaz detrás de una línea de tres conformada por Aránguiz, Hernández y Vidal. En teoría, interesante. En la práctica, un bodrio, porque ninguna de estas figuras jugó para nota azul. Y sin mediocampo, Chile no existe, como no existió ayer.

Estos cuatro futbolistas debían dominar el campo. Adueñarse de la pelota, conectarse con los delanteros y cooperar en labores de marca, especialmente por las bandas. Nada, absolutamente nada de eso pasó. Los ecuatorianos se encontraron con todos los espacios. Con el partido servido para su fortaleza física.

Lo que es peor para la Roja, los dueños de casa se cruzaron con el peor partido en años de la Selección, al nivel de lo que se exhibió alguna vez camino a Corea-Japón 2002, cuando Chile fue último en las Eliminatorias. Todos a un nivel bajísimo, los cuatro del fondo paveando groseramente. Por lo de ayer, Gonzalo Jara ni siquiera debió ser convocado y Eugenio Mena, en el lateral izquierdo, dio pena.

Vargas, en tanto, desaparecido entre los centrales del Guayas, mientras que Sánchez, entre la desesperación y la ira, se tomó la cabeza y le gritó a sus compañeros una y otra vez para que despertaran. Nadie le hizo caso, por cierto.

Los fanáticos que llegaron a Quito agradecieron el 2-0 del primer tiempo. Pudo ser mayor la diferencia. Debió ser mayor. Pizzi tenía 15 minutos, sin embargo, para planear la remontada, para devolverle la vida a su escuadra, para demostrar su valía como entrenador. ¿Cuál fue el resultado de la charla? Dos llegadas claras para Ecuador en el primer minuto del complemento. La segunda terminó con la pelota en el fondo del arco: Felipe Caicedo anotó el 3-0 a los 46' y cerró el pleito.

A partir de ahí, sólo sufrir. Decisiones erráticas en la cancha y también desde la banca. Castillo entró por un irreconocible Díaz, para pelear arriba. Poco hizo el atacante de la UC. Los pasillos que dejó la defensa de la Roja se ensancharon. La Tri tenía todo para cerrar una goleada histórica y todavía más humillante. Perdonó algunas, Bravo salvó otras. Caos total.

Es verdad, Chile no está eliminado y está más obligado que nunca a sumar los tres puntos el martes, ante Perú, en el Nacional. A esta altura, sin embargo, eso es lo de menos. Porque lo peor de la vergüenza en Quito es el mensaje que le da la Roja a sus rivales. Se acabaron las ideas, el juego, las ganas y el deseo. El bicampeón está en condición crítica, casi terminal.

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