Descubren nuevo coronavirus humano originado en perros; Pfizer dice que en ocho meses debe ponerse dosis de refuerzo y así sabrá si hay una variante chilena: tres cosas que aprendimos del coronavirus esta semana

Imagen referencial. Foto: AP

Es el octavo coronavirus que se ha demostrado que desencadena enfermedades en las personas y CEO de Pfizer insiste en una tercera dosis.


1. Descubren nuevo coronavirus humano que se originó en perros

Científicos identificaron y completaron el análisis genético de un coronavirus recién descubierto que evolucionó a partir de un coronavirus que afecta a los perros pero que es capaz de infectar a los humanos y puede contribuir a los síntomas respiratorios.

El descubrimiento del primer coronavirus canino que evolucionó para infectar a las personas subraya la naturaleza traicionera de estos virus y la necesidad de monitorear los virus animales como una forma de predecir posibles amenazas para la salud pública, dijeron los investigadores.

“Por ahora, no vemos ninguna razón para esperar otra pandemia por este virus, pero no puedo decir que eso nunca será una preocupación en el futuro”, dijo en un comunicado Anastasia Vlasova, profesora asistente de la Facultad de Ciencias Alimentarias en la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), y autora principal de la investigación, en la que también participaron científicos de la Universidad de Duke (EE.UU.), y de la Universidad SEGi en Sarawak, Malasia.

En 2018, investigadores analizaron los hisopos nasales de 301 pacientes tratados en un hospital de Malasia Oriental por neumonía. Se descubrió que ocho de ellos, siete niños y un adulto, estaban infectados con el coronavirus recién descubierto que los investigadores del estudio bautizaron CCoV-HuPn-2018. Los ocho pacientes fueron tratados y dados de alta después de cuatro a seis días en el hospital, donde se les administró oxígeno para ayudarlos a respirar.

Ahora, en un nuevo estudio publicado el 20 de mayo en la revista Clinical Infectious Diseases, los investigadores describen las características genéticas de CCoV-HuPn-2018, lo que sugiere que es un nuevo coronavirus que pasó de infectar a los perros a infectar a las personas.

Vlasova y sus colegas planean seguir estudiando el virus CCoV-HuPn-2018 para determinar qué tan dañino es, o podría llegar a ser, para las personas. Se desconoce si el virus se puede transmitir de persona a persona o qué tan bien el sistema inmunológico humano puede combatirlo.

“Realmente no tenemos evidencia en este momento de que este virus pueda causar una enfermedad grave en adultos”, dijo Vlasova, citando el hecho de que solo una persona en el estudio que se encontró infectada con el nuevo coronavirus era un adulto. “No puedo descartar la posibilidad de que en algún momento este nuevo coronavirus se convierta en un patógeno humano prevalente. Una vez que un coronavirus puede infectar a un humano, todas las apuestas están canceladas”, agregó.

Anastasia Vlasova (derecha) hizo el análisis genético de un coronavirus recién descubierto.

Los virus cambian constantemente. Cuando un virus altera su composición genética lo suficiente como para pasar de infectar solo a un determinado tipo de animal a infectar a las personas, una combinación de factores determina qué tan bien puede replicarse y propagarse el nuevo virus entre las personas.

Para que un coronavirus animal infecte a las personas, el virus primero debe ingresar al cuerpo humano y reconocer algo en la superficie de las células, luego unirse a esas células. “Sabemos que este virus puede hacer eso”, dijo Vlasova.

Sin embargo, esa transmisión de un perro a una persona puede ser un callejón sin salida para CCoV-HuPn-2018 si el virus no se replica bien una vez dentro de la persona, o si el sistema inmunológico de la persona lo defiende, dijo Vlasova.

Solo aproximadamente la mitad de la composición genética del coronavirus recién descubierto es similar a la del virus Sars-CoV-2 que causa la pandemia de Covid-19, dijo Vlasova.

Aunque se encontró que solo ocho pacientes en el estudio estaban infectados con el virus CCoV-HuPn-2018, los investigadores del estudio dicen que este virus es probablemente haya circulado mucho más entre perros que entre las personas en Malasia.

“Un muestreo de una sola vez no le dirá con precisión qué tan prevalente es”, dijo Vlasova. “El muestreo debe repetirse y realizarse durante un período de tiempo para ver cuántas personas se infectan”.

Si se confirma a través de más estudios epidemiológicos, este nuevo coronavirus podría ser el octavo coronavirus que se ha demostrado que desencadena enfermedades en las personas.

“Si hubiera mencionado esto hace 20 años, que un virus que afecta a los perros podría cambiar para poder infectar a las personas, muchos se habrían mostrado escépticos”, dijo Vlasova.

Aunque este nuevo coronavirus proviene de un perro, puede que no sea necesario que las personas cambien la forma en que interactúan con sus mascotas a la luz de este estudio, agregó.

“Pero definitivamente estaría observando un poco más cuánto dejo que mis bebés estén cerca de los perros”, dijo. Siete de las ocho personas hospitalizadas en Malasia y que se descubrió que estaban infectadas con el virus CCoV-HuPn-2018 eran niños, uno de tan solo 5 meses y medio.

El virus CCoV-HuPn-2018 tiene síntomas diferentes al virus del perro del que proviene, que provocó problemas gastrointestinales en los perros como diarrea y malestar estomacal. Las personas infectadas con el virus CCoV-HuPn-2018 experimentan una enfermedad respiratoria que no incluye los problemas gastrointestinales.

“Es probable que estemos perdiendo importantes virus animales que están comenzando a adaptarse a los humanos”, dijo Gregory C. Gray, otro de los autores del estudio. “Necesitamos llevar a cabo este trabajo de descubrimiento de virus entre personas con neumonía y también entre personas que tienen una exposición intensa a los animales para que recibamos una alerta temprana de un nuevo virus que puede convertirse en un virus pandémico futuro”.

La amenaza potencial que representan los virus de perros o gatos, que también padecen enfermedades por coronavirus, no se ha estudiado ampliamente, aunque debería hacerse, dijo Vlasova. Monitorear los virus animales es una forma de proteger la salud pública, dijo.

“Principalmente ponemos el énfasis en el estudio de enfermedades emergentes en humanos no en animales”, dijo Vlasova. “Esa es una gran falla en el enfoque actual”.

2. En ocho meses necesitará una tercera dosis de refuerzo según CEO de Pfizer

Cuanto más tiempo tiene el coronavirus para ir pasando de una persona a otra, más chances tiene de transformarse en una nueva variante, la que eventualmente puede volverse más peligrosa, contagiante y evadir a las actuales vacunas contra el Covid-19.

Hasta ahora, por fortuna, la evidencia muestra que las vacunas disponibles ofrecen una muy buena protección contra las cinco variantes de coronavirus “preocupantes” que se propagan por el mundo. Pero los desarrolladores de vacunas están evaluando si sus vacunas requerirán una dosis adicional o una inyección de refuerzo para combatir futuras variantes.

Uno de los primeros y más convencidos que sus pacientes necesitarán una tercera dosis de refuerzo es Pfizer. El CEO Albert Bourla ha señalado en las últimas semanas que las personas vacunadas con la vacuna de su compañía necesitarán una dosis de refuerzo. Este martes, el ejecutivo insistió en su postura durante una transmisión en vivo de de un encuentro denominado Axios Covid-19 y que los datos “respaldan la noción de que probablemente habrá una necesidad de un refuerzo entre 8 y 12 meses”. Actualmente, la vacuna requiere dos dosis para una máxima protección.

El CEO de Pfizer Albert Bourla durante la visita al laboratorio de Pfizer en Puurs, Bélgica. Foto: Reuters

“Pero eso está por verse”, agregó. Los ensayos clínicos aún están en curso, lo que significa que los datos disponibles son en su mayoría preliminares. Con el tiempo, los expertos conocerán una estimación más clara de las inyecciones de refuerzo “con mayor certeza científica”.

Hace apenas dos meses, Bourla especuló que una tercera dosis “probablemente” sería necesaria “en algún momento entre ocho y 12 meses, y luego, a partir de ahí, habría una revacunación anual”.

El Dr. Anthony Fauci, asesor médico en jefe del presidente Joe Biden, está de acuerdo con Bourla. “Creo que [una inyección de refuerzo] probablemente [se necesitará] dentro de un año”, dijo Fauci durante la transmisión en vivo de Axios. “Sabemos que la durabilidad de la vacuna de la eficacia dura al menos seis meses y probablemente considerablemente más”.

3. Así se determinará si existe una variante chilena

El viernes 23 de abril, un grupo de investigadores peruanos publicó un estudio (virological.org) que aseguraba que un nuevo sublinaje del virus Sars-CoV-2 se estaba expandiendo por Chile y Perú. La llamaron variante andina.

Pablo Tsukayama, profesor de Microbiología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y autor principal de este reporte, explicó a Qué Pasa que la nueva variante bautizada por ellos como C.37 posee mutaciones que están cerca de la proteína Spike (S), que es la que permite su unión a la célula humana y que ya se ha detectado en las variantes británica, sudafricana y brasileña.

El lunes 26 de abril, la subsecretaria Paula Daza también se refirió a ella como “variante andina”, pero en el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), señalaron que las mutaciones detectadas en esta C.37 se venían detectando desde hace varias semanas como una rama de la B.1.1.1 pero que no se bautizaría con otro nombre hasta que la plataforma Gisaid no la reconociera que circulaba hace mucho más tiempo en el país.

Pese a ello, el 3 de mayo, desde Israel se la llamó “variante chilena” y que esta había llegado a ese país junto a un viajero. Ese mismo día el ISP descartó la existencia de esta variante chilena, argumentando que en la base de datos de Gisaid no estaba descrita como tal.

Una semana después, un estudio publicado en la revista Viruses (Editorial MDPI), validaba el descubrimiento de un grupo de investigadores de la Universidad de Magallanes que demostró un grupo de mutaciones en el virus que circulaba en esta región a fines del año pasado y que estaría relacionado con la gran cantidad de casos de esas semanas. Esta vez, Marcelo Navarrete, director médico del Laboratorio Covid-19 de la Universidad de Magallanes y líder del estudio, prefirió no poner nombres a lo que podría ser una nueva variante propia del virus que causa Covid-19. El tema de la nomenclatura de un virus es controversial explicó en esa oportunidad: “Si se transforma en un nuevo linaje, el tiempo lo dirá”.

Imagen microscópica del Sars-CoV-2. Foto: AFP

Rafael Medina, virólogo y profesor asociado del Departamento de Enfermedades Infecciosas e Inmunología Pediátrico de la U. Católica, explicó en una nota a Qué Pasa que el tema de los nombres ha sido un poco confuso porque hay distintas maneras de hacerlo, diferentes nomenclaturas para catalogar los cambios que tienen los virus, algunos antiguos y otros más modernos.

En el caso del Sars-CoV-2, era necesario ser más precisos y desde julio del año pasado que se propuso una nueva nomenclatura por un grupo de investigadores. “Estamos hablado un genoma con ciertos patrones con los que podemos saber dónde se originaron geográficamente. Se puede explicar con el ADN de los seres humanos. Si hacemos el análisis, podemos saber que tenemos ancestros o herencias que provienen de indígenas, europeos, africanos porque hay un genoma ancestral que se puede rastrear. Con los virus es parecido. Salió el virus desde Wuhan,(A) y en Europa surgió uno de los primeros brotes en Lombardía (Italia), desde ahí surgió una variante nueva (B). Así, a medida que este linaje va mutando, va cambiando”, explicó Medina.

Definir variantes, linajes y cepas es casi una discusión filosófica hoy entre los científicos. Pero en términos sencillos, el virólogo de la UC explicaó que un linaje implica saber desde dónde proviene el virus, una huella genética que indica su origen y que se puede construir como si fuera un árbol genealógico; las variantes se refieren a los grupos de mutaciones que impactan o preocupan porque genera cambios epidemiológicos (más contagios o que se vuelva predominante en un lugar). Una cepa, ya son palabras mayores e implica que el virus tiene ciertos cambios específicos y ha evolucionado tanto que probablemente se requiera un cambio de vacuna, algo que todavía no ocurre con el virus que causa Covid-19.

“Hoy lo que importa es que las mutaciones que tenga el virus, tenga un impacto biológico”, dijo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), utiliza dos categorías para identificar las diferentes variantes: de interés (VOI) y variantes de preocupación (VOC). Otras autoridades sanitarias, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, su sigla en inglés) de EE.UU, ocupan estos dos conceptos y agregan un tercero, la variante de atención o gran consecuencia.

Según la última actualización epidemiológica de la OMS publicada ayer, son cuatro las variantes de preocupación: las variante británica (B.1.1.7), sudafricana (B.1.351) o del Amazonas brasileño (B.1.1.28.1 o simplemente P.1) y la india (B.1.617*).

Como variante de interés, calificó a otras seis: una que está presente en varios países (B.1.525), dos estadounidenses (B.1.427-429 y B.1.526), otra brasileña (B.1.2.28.2 o P.2), una filipina (B.1.1.28.3 o P.3) y la francesa (B.1.616).

Todas las secuenciaciones que se realizan los científicos se suben a plataformas como Nexstrain y Gisaid. “El rol de ellos es ser un repositorio, hacen reportes cada cierto tiempo de las secunciaciones que se van realizando en todo el mundo. Los investigadores hacen propuestas de nombres, presentan sus trabajos, pero que se reconozca o no como una nueva variante no depende de Gisaid o de la OMS, a veces son las mismas autoridades de los países los que designan”, explicó Medina.

Ricardo Soto-Rifo investigador del Laboratorio de Virología Molecular del Programa de Virología del ICBM, señala que para definir una variante de interés y preocupación la OMS tiene establecido ciertos parametros. “Si el virus cambia fenotípicamente en comparación con una referencia o posee un genoma con mutaciones que conducen a cambios de aminoácidos asociados con sospechas de implicaciones fenotípicas (por ejemplo, en proteína Spike) y ha sido identificado como causante de transmisión comunitaria, se considera una variante de interés”.

Se transforma en una variante de preocupación si se demuestra su asociación con el aumento de transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología de la enfermedad; con el aumento de la virulencia o cambios en la presentanción clínnica de la enfermedad; o si hay una dismiminución de la eficacia de las medidas sociales, de salud pública, de los diagnósticos, vacunas o medidas terapéuticas.

“Que sea de interés, significa que ya sabemos que tiene algunos cambios que pueden tener cierto impacto, que sus mutaciones están en ciertos regiones del virus que lo pueden afectar. La variante india, pasó de ser una variante de interés a una de preocupación, que tiene un impacto epidemiológico”, indica Medina.

En Chile, lo que se está viendo con más frecuencia en las secuenciaciones es la circulación de la variante P.1, desde enero.

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