Paula Daza: “Yo voy a tener las botas puestas hasta ganarle a este virus”

Subsecretaria Paula Daza

La subsecretaria de Salud Pública cumplió un año frente a la pandemia, sorteando críticas, altibajos y una reciente popularidad que la instaló como la mejor evaluada del gabinete. Aquí detalla el pulso de la crisis, adelanta algunos cambios y dice que estaríamos cerca "de empezar a ver la luz".


Es la única autoridad del Ministerio de Salud que ha estado al frente en toda la pandemia. También el último vestigio de una formación original que ya ha tenido cuatro subsecretarios y tres ministros. Pero la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, dice que no está en sus planes dejar el cargo. Pese a los altibajos, las críticas y la carga laboral de 12 horas -y más- por día, se visualiza por otro año comandando el ala de la cartera más determinante en la vida -en encierro o libertad- de los chilenos, desde la llegada del coronavirus. “Porque así soy yo. Esto me tocó y este es mi rol. He puesto lo mejor de mí y creo que estamos haciendo cosas buenas”, dice.

En la última encuesta Cadem destacó como la mejor evaluada del gabinete. También se ha hecho recurrente en las redes sociales, luego de que se masificara una reiterada frase del ministro Enrique Paris, en las vocerías semanales del Covid-19: “Esa pregunta la va a contestar la subsecretaria Daza”, dando pie a una ola de memes. La pediatra se ríe, y cuenta que desde el propio gobierno le comparten las bromas que abundan sobre su disposición a contestar las más variadas interrogantes. Aunque cuentan en su equipo que un sketch que la mostraba durmiendo, en plena transmisión, sí le llamó la atención. Y les preguntó, algo sorprendida: “¿Tan cansada me veo?”. “Es porque ha tenido un año difícil”, le respondieron.

¿En qué momento de la pandemia estamos?

Estamos en una situación compleja, con seis mil a siete mil casos diarios. Aunque hemos visto una disminución de la positividad en los últimos 10 días en algunas regiones, y en la Metropolitana algunas comunas han avanzado. El aumento sostenido de casos no ha seguido, pero yo esperaría, tenemos que mirar con distancia y preocupación la evolución de la pandemia, porque se comporta distinto en los diferentes lugares.

¿Podría ser la última semana de cuarentena para algunas comunas de la capital?

Esperamos que las medidas restrictivas, más el fortalecimiento del testeo, trazabilidad y aislamiento, sumado al Plan Otoño y la vacunación, nos permitan ver mejores números en las próximas semanas. Pero no me quiero adelantar, el lunes (mañana) vamos a volver a mirar los números y tomar una decisión.

¿Esta segunda ola era evitable o la tenían proyectada?

Nadie tenía proyectada en piedra la fecha de las olas, pero esto está pasando en todo el mundo, y en países donde la pandemia se ha comportado igual o peor, entonces lo importante es adelantarnos y tener las medidas para contenerla. También tienen un rol las variantes que están apareciendo, pero ahora tenemos mucha más información para enfrentar el alza de casos.

Ha costado que permeen los llamados a la prevención. ¿Se cuestiona si lo están haciendo correctamente o si las personas dejaron de escucharlos?

Después de un año, obviamente hay una disminución en la percepción de riesgo. Y esta pandemia nos ha enseñado que tenemos que ser tremendamente insistentes con los mensajes. Pero las personas sí han respondido: desde hace un año vemos a todos usar mascarillas y respetar el distanciamiento, aunque en las casas y con la familia esas medidas se olvidan, por una cierta sensación de seguridad. Por eso necesitamos fortalecerlas y mantener el autocuidado: yo sé que es difícil la mascarilla en la casa, pero mantener las ventanas abiertas, comer con distancia y lavarnos frecuentemente las manos. Esto debe estar en el ADN, en el inconsciente de las casas. Tenemos que vivir en modo Covid

Hay una porción del país cuyas condiciones de hacinamiento dificultan estas medidas...

Ahí nosotros como Salud Pública les tenemos que pedir que tomen los resguardos que puedan y si es un trabajador informal, que tuvo que salir a la calle y tiene riesgo de haberse contagiado, necesitamos que se testee, en especial, porque uno de cada tres contagiados es asintomático y eso dificulta la estrategia. Para eso hemos dispuesto los test de antígeno, que en 30 minutos entregan el resultado y permiten hacer de inmediato la trazabilidad y el aislamiento, ojalá, en una residencia sanitaria.

Las comunas más vulnerables tienen más casos. Como enfermedad, el Covid-19 parece afectar más a los pobres.

Hemos visto que cuando las personas viven más hacinadas, o no cumplen las medidas o tienen más interacción social, corren más riesgo de infectarse.

¿Y no han pensado, entonces, en direccionar la vacunación hacia estas comunas?

La edad es un factor muy relevante, y por eso hemos acelerado el avance por grupos. Pero, además, la Seremi se focaliza en las comunas donde hay un número elevado de casos y, a través de las cuadrillas sanitarias o los referentes de vacunación, hacen un seguimiento al avance de las campañas para que logren lo más rápido posible el 80% de cobertura. No hay un cruce socioeconómico, pero sí hay una relación con las comunas con más incidencia, y se va mirando cómo avanza allí la vacunación.

Hace pocas semanas se destacó al país por la rápida campaña de vacunación, pero a los pocos días se nos criticó por el rápido aumento de casos. ¿Por qué se dio esto?

Es difícil la pandemia y uno tiene estas situaciones positivas, como la vacunación, pero también lo que vemos todos los días: el número de casos y de fallecidos. El mensaje tiene que ser: vacúnate, pero sigue cuidándote, y ese equilibrio de comunicación lo hemos estado fortaleciendo.

¿Se confiaron las personas ante la llegada de la vacuna?

La vacunación da esperanza a la gente, que lo ha pasado muy mal. Pero siempre dijimos que hasta que no haya un porcentaje importante de la población vacunada, el 80%, íbamos a seguir viendo el impacto de los casos.

Y eso sería en junio. ¿Se mantiene la fecha? Porque faltan dos meses y el ritmo parece haber disminuido...

Los números muestran, en general, una buena respuesta y estamos incorporando a la población en función de la disponibilidad de vacunas. El jueves empezamos con las personas de 47 y ayer (viernes) ya se había vacunado el 40%, porque había un grupo que ya estaba inmunizado: eran profesores, personal de salud, enfermos crónicos o cumplían labores esenciales. No se parte de cero, entonces la cobertura avanza rápido. La semana que pasó vacunamos a más de 700 mil personas con segundas dosis

¿Hay reticencia en los jóvenes?

No tengo un estudio al respecto, pero la gente joven que está en los grupos priorizados se ha vacunado en un porcentaje que no es menor. Y yo espero que respondan, porque creo que hay confianza en las vacunas.

¿Cómo será el próximo invierno? ¿Se puede evitar un tercer brote con las vacunas?

No sé si podremos evitar una tercera ola, pero el tener vacunas nos va a permitir proteger más a las personas y enfrentar la pandemia de mejor manera.

¿Y la vuelta a clases en comunas con cuarentena?

Los brotes en los colegios que abrieron fueron muy menores. Eso te dice algo bueno: que los niños toman las medidas, se cuidan. Yo, personalmente, creo que los niños tienen que volver a educarse. Soy pediatra y tengo clarísimo que tener niños en las casas no solo es un daño del punto de vista de la educación, sino también del desarrollo integral. Por lo tanto, creo que debemos hacer todos los esfuerzos para disminuir al máximo los casos y permitir que los niños vuelvan a clases. Nosotros estamos abiertos a todas las situaciones en función de la evolución de la pandemia y eso hay que conversarlo con Educación.

Un componente que levanta críticas en la estrategia es la trazabilidad. ¿Por qué ha costado?

Creo que hay mucho mito. Para trazar hay que testear, y lo hemos fortalecido con exámenes de antígeno en las 16 regiones, que han aumentado un 37% entre febrero y abril. Además, tenemos a 16 mil trazadores capacitados y que han fortalecido la calidad de la trazabilidad, así como la visita domiciliaria en los casos que merecen dudas. Ahora hay 21 centros de trazabilidad en el país y estamos monitoreando desde la Seremi la labor de la Atención Primaria de Salud. Hoy, en el país se está trazando a 2,6 contactos por caso, pero en mayo queremos elevarlos a tres. Y vamos a sumar dos innovaciones: la entrega de resultados negativos por mensajería de texto y el Fono TTA para que las personas que sean positivas o contacto estrecho puedan llamar y resolver todas las dudas sobre lo que deben hacer.

¿Por qué la gente no declara a todos sus casos estrechos?

Puede haber temor por quedar en cuarentena 14 días, y eso es una realidad. Y lo otro es, quizás, no entender realmente quiénes son tus contactos estrechos.

Algunos trabajadores informales omiten información, pues la cuarentena les impide trabajar y eso dificulta comer...

El Ministerio de Desarrollo Social está trabajando para que todos los casos confirmados o contactos estrechos que estén en el 80% más vulnerable reciban al nuevo IFE Ampliado, y para eso un grupo del Minsal va a cruzar la información y la va a hacer llegar antes del 30 de abril.

¿Cuánto nos queda de pandemia?

No lo sé. Pero espero que con las medidas tomadas podamos ir avanzando y dar más libertad a las personas. Pensamos que el segundo semestre va a ser más positivo que este y espero que estemos cerca de empezar a ver la luz.

Las botas puestas

El trote matinal es la vía de escape de la subsecretaria, además de su marido, sus tres hijos y cuatro hermanos. Se preocupan, dice, y están muy al pendiente de ella. “A veces demasiado”, bromea. Cuenta que cuando el exministro Santelices le ofreció el cargo, lo tomó porque encontró interesante el desafío y que, antes de aceptar, consultó si era un cargo que tendría mucha exposición. “Y él me dijo que no, pero nadie sabía que vendría la pandemia. Yo no estaba preparada para estar tan expuesta, soy médico, no comunicadora”, admite.

¿Qué destacaría de su gestión?

El Ministerio de Salud y esta subsecretaría tienen un gran equipo de profesionales y técnicos que han permitido todo lo que hemos hecho. Además, la pandemia ha develado la importancia de la prevención, la promoción de la salud y hemos aprendido de autocuidado. También estamos trabajando como nunca antes en un programa de cáncer y de salud mental que vamos a implementar próximamente.

¿Y lo más difícil?

El estar trabajando en una pandemia es complejo, pero no solo para mí, para todo el sistema de salud. Yo estoy 24/7 en esto y ha sido un trabajo incansable, he puesto lo mejor de mí, pero me da pudor hablar de eso, porque hay tanta gente haciendo un trabajo tan duro.

La última Cadem muestra una valoración de ese trabajo…

Yo estoy enfocada en la pandemia, y eso es un trabajo que lidera muy bien el ministro Paris, quien ha permitido una labor cohesionada, en equipos que trabajan coordinados e intensamente. Yo no soy política, pero quizás lo positivo de esos resultados es que la gente confíe y recoja los mensajes que les estamos dando.

¿Ha visto los memes que circulan?

Sí. Me los comparten acá, mi hija y mi familia. Por todos lados me dicen ‘mira este’. Yo me río, lo encuentro simpático. Y no sé, quizás mi personalidad ha permitido que llegue positivamente a la gente. Puede que por ser pediatra y como toda mi vida tuve que tratar con niños, eso quizás me ha ayudado a contactarme más directamente con las personas. Pero no ha sido fácil, aunque creo que he ido aprendiendo y estoy entregando lo mejor de mí. Trato de mostrarme como soy y lo más clara posible.

Se dice de usted en el gabinete, en estas reuniones de La Moneda, que hace valer su postura sin levantar la voz...

Es todo consensuado, pero efectivamente, cuando nosotros tomamos una posición lo hacemos con argumentos y el Presidente es muy respetuoso en eso, en que vayamos con los datos. En ese sentido, yo pongo los temas desde el punto de vista técnico, nunca con agresividad.

¿Se le ha hecho muy difícil este año?

Hay días mucho más difíciles que otros. Más tristes, también. Comunicar los fallecidos no es fácil y no puede ser normalizado. Además, pasa que las medidas que tomamos en salud pública son restrictivas en general y producen un efecto negativo en muchas áreas. Entonces, en ese sentido tengo que ser súper racional y cuidadosa.

En esos días difíciles, ¿pensó en renunciar?

No, nunca. Yo voy a tener las botas puestas hasta que le gane la pelea a este virus. Yo ya estoy en esto y este es el rol que me tocó. Y tengo el liderazgo del ministro y el apoyo del Presidente, porque creo que estamos haciendo cosas muy buenas. Hay algunas que han sido reconocidas, otras no y otras en las que hay que mejorar, y en eso estamos. Pero para mí es realmente un orgullo estar en esto.

Ud. era menos participativa con el exministro Mañalich y ahora ha ganado más protagonismo. ¿A qué lo atribuye?

Son liderazgos distintos, contextos distintos y etapas distintas. Cuando estaba el ministro Mañalich, uno de los temas importantes era fortalecer la red asistencial rápidamente y, por lo tanto, hubo mucho trabajo de Redes Asistenciales. A mí me pidió enfocarme en crear un plan de salud pública, cosa que hicimos.

¿Le molesta que vuelva a la palestra y emita críticas y comentarios sobre su gestión?

No, en ningún caso. Él conoce el contexto, sabe lo difícil que son las cosas dentro del Ministerio de Salud. Por lo tanto, todos los aportes que nos pueden hacer él y otros ministros son bienvenidos.

¿Cómo lo recuerda?

Con mucho respeto. Su manera de ser, su personalidad y su liderazgo permitieron que se creara una cosa única que no sé si hay en otro país del mundo, que es esta red público-privada para atender a los enfermos y que ha logrado dar respuesta y ofrecer a todos los pacientes una cama.

Su equipo ha tenido tres ministros y cuatro subsecretarios. ¿Por qué cree que usted se mantiene en el cargo?

Hemos hecho las cosas lo mejor posible y creo que es un reconocimiento al equipo y al trabajo.

Se ha dicho que han intentado sacarla de su puesto…

Yo no lo he sabido. Nadie me ha pedido nunca el cargo.

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