Jirafa Ardiendo: la llama sigue encendida

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La banda retornó a los escenarios luego de nueve años en un concierto que superó las dos horas y en el que recordaron toda su discografía.


"¿Sabes cuál es la gran diferencia con los show de Jirafa? Que ahora nos jugamos por tocar todo en vivo. Antes usábamos samplers...", prometía Alejandro Pino una semana antes del concierto de retorno de Jirafa Ardiendo en la Blondie, palabra que fue cumplida desde las 10:39 de la noche, momento en que la banda comenzaba a interpretar uno de los temas instrumentales escondidos del Siesta, disco que si bien no estaba de aniversario, también fue recordado, cumpliendo otra promesa empeñada por el vocalista: "Van haber canciones de todos los discos, más allá del aniversario y las celebraciones".

En las dos 2 horas y 3 minutos de concierto no fueron necesarios los grandes diálogos, a pesar de los nueve años de ausencia. Solo en contadas ocasiones los integrantes se dirigieron a los asistentes, como cuando Nicolás Moreno, el bajista, dijo medio en broma "esto cansa", causando la risa de los presentes. Palabras que tenían asidero, porque los músicos solo tomaron aire por un par de minutos en el extenso concierto.

Jirafa Ardiendo navegó por el EP homónimo, Siesta, Persona y Pulmonía con a ratos hasta ocho músicos a la vez . Guitarras eléctricas, acústicas, teclados, bronces, todo tocado en sincronía perfecta ante un muy variado público. Porque no solo asistieron los que escuchaban a la banda oriunda de La Serena antes de cerrar su ciclo. No eran pocos, quizá más de la mitad, las personas que los descubrieron después del 2009 y que entonaban cada una de las 25 canciones que la banda interpretó sobre el escenario.

"Mentelenta", "Oruga", "Lectura Veloz", fueron parte de los temas que dieron el vamos al concierto. "Vidrio", quizá la obra más famosa de la agrupación, aunó gargantas entre los presentes que poco a poco repletaron el recinto. A pesar de que gran parte de las canciones fueron un caudal de energía, también hubo tiempo para la intimidad, como en "Ver" del Pulmonía, interpretada en solitario por Nicolás Moreno.

Cada tema de Jirafa Ardiendo siempre fue un mundo en sí. Lejos de encasillarse en un estilo o sonoridad, la banda optó como declaración de principios en dar rienda suelta sus inquietudes, a pesar del riesgo de no sonar masivo y de tener discos imposibles de etiquetar. Y eso lo lograron llevar al escenario, en una montaña rusa de estilos y matices, que dejaba la sensación de estar viendo a 25 bandas distintas y no a una interpretando 25 temas de su repertorio.

Otra promesa cumplida fue la de los invitados. Estuvieron, entre otros, Felipe Cadenasso en "Paliza" y Emilio Guillen en "Girasol", quien al final recordó emocionado los orígenes de la agrupación. El escenario se hacía pequeño a ratos para tanta energía y músicos, como cuando se subió Felipe Salinas en "15.1.27.1.22.23.12.2012" y terminó sentado sobre Alejandro Pino.

Concierto aparte el del vocalista. El carismático frontman, que se ausentó del primer tema instrumental, apareció en "Mentelenta" desafiando al público para que gritara. De ahí en adelante se comió el escenario con un despliegue escénico incomparable. No fueron pocas las veces que parecía que el también vocalista de  Orquesta Sinfónica de Asteroides,  brincaría la valla que lo separaba del público y terminaría cantando en medio de todos, algo que no hubiese sorprendido a nadie.

"Confío" fue probablemente la canción más coreada e "Imbateriable" la más potente del tramo final. Ya cuando se acercaban a las dos horas llegaron "Mastodonte" del Persona, "Fácil" del Pulmonía y "Bala" del Siesta, una trilogía de temas que grafica de manera perfecta que cada disco de la banda fue una apuesta musical en sí, y que a su vez se convirtieron en el cierre ideal de la fiesta.

Si bien pudieron quedarse disfrutando largamente de la ovación, el quinteto se reunió brevemente sobre el escenario y se fueron a tomar un merecido descanso, mostrando el ADN de una banda que siempre hizo música solo por placer y nunca por buscar la fama y la tan "anhelada" masividad.

Todas las promesas enarboladas previas al concierto fueron cumplidas. Un concierto de larga duración, con varios invitados e interpretando toda la discografía, literalmente, en vivo.

Ahora queda saber si esta presentación será la confirmación del inicio de nuevos proyectos musicales. Pino y Moreno dijeron que esperaban el resultado de este concierto para medir las energías del grupo. Sin estar en el camarín, parece que la llama de Jirafa Ardiendo sigue intacta nueve años después, y tal como dijo vocalista en una de sus intervenciones: "era cosa de agarrar un fósforo y encender otra vez".

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