Era el primer partido del Mundial que dio pie a las especulaciones. Con un empate, Francia y Dinamarca se metían en los octavos. Y así ocurrió.

Tras un primer tiempo en que tanto galos como daneses reclamaron penales en su favor (el brasileño Sandro Ricci estuvo acertado en no cobrarlos) y donde, a decir verdad, hubo algunas opciones aisladas, llegó la anodina segunda etapa.

De juego, poco y nada. Fútbol cansino, pausado y lejos del nivel que suponen dos equipos que están dentro de los mejores del Mundial.

Incluso al final los ataques desaparecieron. Ambos renunciaron al arco rival. Sobraron minutos. Así se acabó el partido. El primer 0-0 de Rusia se da justo en el primer partido en que a ambos les convenía no dañarse para anotarse en la siguiente fase. Francia y Dinamarca avanzan como primero y segundo del Grupo C tras firmar el resultado que les valía a ambos. Clasificados a besos.