Paula.cl
"Afuera está seminublado y no llueve. Es viernes y estoy en pijama con mi marido en la casa viendo las noticias y el reporte meteorológico. Todo empezó el lunes, cuando comenzamos a escuchar que Irma iba a pasar por Miami. Martes: se anunció que los colegios iban a cerrar ayer hasta nuevo aviso. Ese día en la noche, cuando me iba a la casa, pasé por cinco supermercados y solo encontré mantequilla de maní. Miércoles: la mayoría de las personas ya no fueron a sus trabajos. Se dice que el sábado llegará, pero las primeras lluvias partirían hoy en la tarde. Las bencineras están repletas y te demoras horas en echar bencina. Algunas simplemente están cerradas. Tampoco hay agua en los supermercados. Tengo unas bebidas y mi jefa me regaló unas botellas de agua que tenía guardadas y que no va a ocupar porque se va a Nueva York. He juntado también agua en mi casa.
Tengo el refrigerador lleno y comida no perecible. No tengo bien el cálculo de cuánto me puede durar, pero eso no me preocupa, creo que vamos a estar bien. Eso sí tengo que llenar dos coolers con hielo para poner comida en caso de que se corte la electricidad, lo que puede durar cuatro días o hasta una semana. Tengo a mano unos juegos de mesa para cuando se vaya la luz y así no aburrirnos. Ayer un amigo me contó que su mamá que vive en Puerto Rico puede llegar a estar semanas sin electricidad.
Vivo hace 13 años en Miami, trabajo como sicóloga en el NeuroBehavioral Institute, que queda en las afueras de la ciudad, en Weston, y he pasado por varios huracanes. Los que más recuerdo son Katrina (2005) y Wilma (2005). Del que todos más hablan, Andrew (1992), no me acuerdo porque no estaba aquí.
Yo no vivo en la costa de Miami, así que no tengo que evacuar. Los que viven ahí tienen disponibles albergues o refugios. Quizás si tuviera hijos me iría a una ciudad más segura o pensaría distinto. Pero uno tiene familia aquí, no es fácil irse y dejar gente atrás.
Ya sabemos
Proteger el hogar, las ventanas, comprar bolsas de arena para evitar que el agua entre en la casa, tener siempre linternas y velas para los cortes de luz, juntar y comprar agua y comida no perecible: desde chicos nos enseñan a prepararnos para los huracanes. Es algo que aprendes en el colegio.
Sabes que hay que cortar ramas de árboles y sacar objetos que puedan transformarse en un proyectil con los fuertes vientos. Lo bueno dentro de todo, es que es un fenómeno de la naturaleza que sabemos con tiempo que va a ocurrir. No es una sorpresa.
Gracias a la tecnología esto es un fenómeno que se puede observar, rastrear. Cuando el huracán llega lo que ves es muchísima lluvia, muy fuerte, y viento muy rápido. Es bueno decir que acá en Miami, en la época de verano, como es tropical, siempre llueve y a veces con mucho viento. Por eso no es algo tan ajeno como para otras zonas del país que se han visto afectadas. Años atrás, con Katrina, salí después que pasó todo y vi árboles gigantes en las calles.
Por la geografía del sur de Florida, las casas no pueden tener subterráneo, no se pueden construir por los suelos que tenemos. Los subterráneos existen en estados más al norte del país y donde ocurren tornados. Para proteger las ventanas usamos los shutters, que son como un acordeón de metal que se abre y cierra, y que siempre está instalado. Uno paga y lo instalan. No todos tienen eso y para protegerse ponen láminas de madera. He escuchado que la parte más segura para estar en casa o departamento es la pieza que no tiene ventanas.
Creo que a mucha gente le gusta cuando viene una tormenta, en el sentido de no ir a trabajar o asistir clases, siempre cuando no haya daños mayores. Pero sí da miedo cuando la vida corre riesgo. En el Caribe Irma ya ha hecho mucho daño, sobre todo a islas pequeñas y con pocos recursos. Ahora solo tenemos que esperar".