Casi a las 16.00 horas de este miércoles figuraban los tres timoneles de Chile Vamos en el salón de los presidentes del Senado en Santiago, acompañados de los comisionados del sector y sus asesores.
Cuando se acercaba el plazo límite para ingresar sus enmiendas, llegó el cuarto líder de la oposición, el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella. Saludando a sus pares, el líder de los republicanos se posicionó al lado izquierdo del senador Javier Macaya, quien dejaba ver en su rostro la tensión del momento.
Afuera de la sala y de forma paralela, cuando quedaban pocos minutos para las 16.00 -el plazo fijado para la entrega de observaciones-, los asesores corrían de un lado a otro, con computadores en mano, para afinar los últimos detalles y poder efectuar la presentación dentro del tiempo límite. El estrés de los asesores que adjuntaban los oficios en los correos para la secretaría del proceso se sentía en el ambiente.
El plazo, en un inicio, era hasta las 14.00, pero faltando una hora, los comisionados dieron la unanimidad para extenderlo hasta las 16.00. Un par de metros más allá, la izquierda vivía lo mismo. Con menos movimiento y caos, sin presencia de los presidentes de partido, los expertos del oficialismo y sus asesores cerraban sus oficios y se alistaban a enviar sus más de 300 indicaciones. Según el conteo preliminar de la secretaría, en total habrían más de 500 enmiendas.
El cierre de la fase de observaciones de la Comisión Experta pudo haberse dado con un escenario que tuviera como telón de fondo un acuerdo transversal e integral, que destrabara los nudos más conflictivos en las normas controversiales del Consejo, pero todo eso quedó solamente en un esfuerzo frustrado de último minuto. Pese a las dos horas extras solicitadas por el órgano, la mesa de ocho negociadores que se convocó como última instancia para llegar a consensos fracasó en su cometido.
La mesa -integrada por Sebastián Soto (Ind.-Evópoli), Juan José Ossa (RN), Máximo Pavez (UDI), Carlos Frontaura (Ind.-republicano), Verónica Undurraga (Ind.-PPD), Gabriel Osorio (PS), Antonia Rivas (CS) y Alejandra Krauss (DC)- partió trabajando el lunes de esta semana pasadas las 17.30 y desde ahí, hasta este miércoles, no pararon de sesionar con la intención de resolver los nudos críticos que quedaron sin solución en las cuatro subcomisiones del órgano.
Aunque no llegaron a un acuerdo grande en los temas polémicos, sí hubo entendimientos parciales y técnicos. Aquí destaca especialmente reponer la norma transitoria de paridad de salida 60-40 en el Consejo y posicionar como un principio en el capítulo de “Fundamentos del orden constitucional” las normas sobre discapacidad y cuidados que el Consejo ubicó como deberes constitucionales.
Enmiendas “espejo”
Cuando el ambiente se calmó y cada bloque logró enviar sus indicaciones, empezó el balance de cada sector. Desde Chile Vamos sus expertos se encargaron de remarcar que existirán varias “enmiendas espejo”, es decir, indicaciones presentadas con un contenido muy similar, pero de forma separada por cada bloque.
Cuando estos textos se sometan a votación en el pleno, en el caso de ser redacciones idénticas, se unirán para realizar una sola votación. “El principal desacuerdo que tuvimos hoy fue no firmar en conjunto las decenas de materias donde estuvimos verdaderamente de acuerdo”, explicó el comisionado Jaime Arancibia (Ind.-RN).
Su par Natalia González (Ind.-UDI) fue un paso más allá: “Se nos dijo que no iba a haber firmas comunes y se nos dijo que no había disposición para que en todo aquello que es común presentáramos una cantidad de enmiendas ellos y otras nosotros, sino que teníamos que duplicar las enmiendas“.
“Esa estrategia no fue nuestra. Llegamos a encuentros comunes en temas técnicos y también en algunos temas políticos y al parecer los oficios no dan cuenta de esos acuerdos porque se duplicaron, pero esos acuerdos existen”, añadió.
El comisionado UDI Hernán Larraín manifestó que “no se logró un acuerdo total, y por eso no estamos triunfantes ni clamando el éxito, pero sí hemos dado un paso adelante en amplitud y en mejorías concretas al texto del Consejo”.
Desde la vereda contraria, la izquierda señaló que esto se trataba de un “gesto”. Así lo explicó la presidenta de la Comisión Experta, Verónica Undurraga (Ind.-PPD). “Eso refleja que estábamos de acuerdo con hacer esas enmiendas, pero quisimos, con ese gesto de presentarlas de forma paralela, mostrar que estábamos cumpliendo responsablemente con nuestra tarea de mejorar el texto, pero que sin embargo este es un texto que no nos incluye, nos excluye y no nos representa por lo menos como está hasta este momento”, aclaró la comisionada.
Además, la experta Antonia Rivas (CS) indicó que “el trabajo de los comisionados de derecha fue que estaban muy marcados y fijados por lo que ya había hecho el Consejo, no vimos apertura a revisar los grandes temas en derechos sociales y en aquellos temas mal llamados valóricos, puesto que se restringían a lo que iba a pasar en el Consejo o cómo se iban a recibir las enmiendas”.
Antes del desenlace de toda esta historia, la tensión estuvo presente durante toda la jornada, la presión del tiempo y la falta de acuerdos era evidente. Las conversaciones de pasillo eran tensas y se daban en varias salas. Mientras algunos comisionados de derecha y de izquierda estaban en el piso uno del Senado, tres pisos más arriba el grupo de los ocho afinaban los últimos detalles antes de su inminente cierre. También se vieron en las conversaciones al senador Matías Walker (Demócratas) y el representante de Amarillos Zarko Luksic. Más tarde llegaron los presidentes de partido de la derecha a reunirse con su sector.
En busca del voto 14
Dado que todos los temas polémicos quedaron sin acuerdo, cada sector va con sus propias observaciones al pleno de la Comisión Experta que, votará en una sola jornada, todas las indicaciones ingresadas a la secretaría técnica del proceso.
El órgano de comisionados es una instancia de fuerzas políticas empatadas. La derecha tiene 12 votos y la izquierda otros 12 expertos. Para que una observación tenga éxito, debe tener el respaldo de 3/5, es decir, 14 comisionados.
Es por esta razón que en las próximas horas continuarán las negociaciones y conversaciones soterradas para conseguir apoyos y por lo mismo los expertos adelantan que en el plenario habrán hartos votos cruzados, es decir, comisionados de derecha apoyando textos de la izquierda y expertos de izquierda dando sus votos para las redacciones de Chile Vamos.
En esto la izquierda corre con una leve desventaja. La comisionada decé Paz Anastasiadis ha dicho abiertamente que no tendrá problemas en ser un voto bisagra. La abogada está en una postura más pragmática, sabe que si bien hay normas que no quedaron como le gustaría, sí está dispuesta a dar su voto para dejar artículos un poco mejor de como llegaron desde el Consejo.
“El esfuerzo que estamos haciendo es de trabajar de forma conjunta, pero eventualmente puede alguna persona de nuestro sector votar algunas indicaciones de ellos y esperamos que eso también ocurra viceversa, eso está por verse al tenor de las indicaciones que se conozcan”, comentó el comisionado Larraín.
Pese a que Anastasiadis pueda votar con la derecha, la oposición necesitará un voto más para conseguir los 3/5. Ahí los ojos van directamente a la comisionada DC Alejandra Krauss y los expertos nombrados por el PPD: Undurraga, Francisco Soto (Ind.-PPD) y Leslie Sánchez (PL en cupo PPD). Algunos comisionados de Chile Vamos también estarán dispuestos a votar con el oficialismo.
El oficialismo apuesta a mantener la unidad de todo el bloque, tal como ha sido la posición durante todos estos meses y la cual fue refrendada en el último encuentro ampliado de todo el sector en el que asistieron dirigentes de partido desde la DC hasta el PC.
Todo esto tiene una advertencia de fondo. Las enmiendas que logren pasar de la Comisión Experta al pleno del Consejo necesitan de 30 consejeros para que sean ratificadas. Ahí los republicanos vuelven a tener la llave y el control de esto ya que manejan a 22 de 50 escaños en el pleno.