El informe de Rodrigo Valdés y Andrea Butelmann en el caso La Polar: ¿Lifo o Fifo?

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Los expertos relatan que el cálculo del perito sobre los perjuicios ocasionados en la inversión de la AFP Capital en La Polar, "empleó el método Fifo (first in, first out). En resumidas cuentas, ese método presume que las primeras cosas que compras son las primeras que vendes".


El 3 de septiembre de 2021, la Corte Suprema dio el golpe. Tras dos fallos en contra, en el 13 Juzgado Civil de Santiago y la Corte de Apelaciones, AFP Capital consiguió que el máximo tribunal condenara a Empresas La Polar y nueve exejecutivos en una demanda de indemnización de perjuicios por el caso de 2011. Ese pago también obligaba a PwC, pero la auditora llegó a un acuerdo con Capital, negoció el monto y cerró su causa. Resuelto el caso -habrá indemnizaciones-, restaba ahora calcular el monto a pagar. Hace dos semanas, el 13 Juzgado Civil, al que regresó la causa para el cumplimiento de la sentencia, determinó que los perjuicios a indemnizar ascendían a $ 22.038 millones. El cálculo se realizó sobre la base de un peritaje de Javier Manríquez que se discutió en el juicio.

Pero La Polar ya había preparado una munición para esa batalla. Esta semana presentó en tribunales un estudio del exministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y la economista Andrea Butelmann, especialista en temas de libre competencia, de octubre de 2021.

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En su análisis, Valdés y Butelmann relatan que el cálculo del perito sobre los perjuicios ocasionados en la inversión de la AFP en La Polar, empleó el método Fifo (first in, first out). En resumidas cuentas, ese método presume que las primeras cosas que compras son las primeras que vendes. Capital, como todas las AFP, compraron y vendieron durante mucho tiempo acciones de La Polar, pero se deshicieron de sus posiciones después del escándalo: cuando se conocieron las reprogramaciones unilaterales de clientes, lo que abultaba artificialmente su volumen de negocios real, las acciones se desplomaron.

Los economistas dicen que otro método posible era el Lifo (last in, first out). Es decir, las últimas que se compran serán las primeras que se venden. El Fifo, dicen Valdés y Butelmann, se utiliza habitualmente para inventarios de productos perecederos, mientras el Lifo se aplica para productos homogéneos. Sin embargo, ambos creen que ninguno es correcto en este caso. “El método mark-to-market es el correcto, ya que todas las acciones tienen el mismo valor cada día y, por lo mismo, en caso de venta, la AFP no va a escoger cuál de ellas va a vender”, explican en el informe citado por el abogado Davor Harasic, de La Polar.

Además, los economistas afirman que cualquier análisis de perjuicios debe considerar también una estimación de “los beneficios que generaron los movimientos previos de precios y los dividendos recibidos, algunos de los cuales pueden haberse materializado gracias a, precisamente, los propios problemas de manejo de cartera crediticia que se busca compensar”.

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