Las bajas temperaturas registradas en varias ciudades del país obligan no sólo a tomar medidas para mitigar el impacto, sino prevenir el contagio de enfermedades respiratorias, que durante las próximas semanas alcanzan el peak.
Estas acciones contemplan el encendido de estufas y calefactores para paliar el frío, lo cual nos ayudará a mantenernos temperados, pero a su vez, pueden constituir una fuente de problemas al exponernos a nefastos cambios de temperatura.
Muchas personas calefaccionan sus hogares a temperaturas muy altas, con el consecuente problema de enfrentar cambios bruscos de temperaturas al tener que salir del hogar. Ello genera en el cuerpo reacciones adversas, principalmente en la vía aérea, provocando una broncoconstricción y modificaciones en el sistema inmune, que predisponen a los resfríos u otras afecciones respiratorias en pacientes principalmente crónicos e inmunodeprimidos.

Existen otras malas costumbres al interior de los hogares, que empeoran las condiciones como sobreabrigar a los niños cuando hace frío, generando que éstos transpiren y se mantengan húmedos.

También existe la creencia de hervir hojas de eucaliptus y dejarlas en un recipiente con agua sobre la estufa para humedificar el medioambiente, pensando  que nos ayudará para resorar mejor. O secar ropa húmeda cerca de estufas para aprovechar el calor de éstas. Todo lo anterior puede resultar nocivo para la salud, favoreciendo además la instalación de enfermedades respiratorias o exacerbaciones de patologías respiratorias crónicas.
Lo recomendable es evitar estas acciones y disminuir la humedad dentro del hogar y ambientes sobrecalentados. Pues el cambio de aire al salir de la casa no debiera marcar grandes diferencias.
De manera paralela, y dándole la bienvenida a los meses de invierno,  hay que reforzar con la vacuna anual contra la influenza, especialmente aquellas personas que están dentro de los grupos de riesgo y que son las llamadas a participar en este proceso. El lavado de manos también constituye una medida que disminuye la carga bacteriana, lo que junto con una alimentación saludable -rica en frutas y verduras- aporta en mantenernos sanos y protegidos.

*Académica de la carrera de Enfermería de Universidad de Las Américas