Un trabajador contagiado mató a siete colegas; variante del Reino Unido habría llegado mucho antes a Chile y esto reveló el “hackeo” a vacuna de Pfizer: tres cosas que aprendimos del coronavirus esta semana

Imagen referencial. Foto Reuters

La dramática secuencia recuerda el peligro de los llamados superpropagadores, la mayoría de los cuales ignoran que son portadores del virus.


1. Un trabajador contagiado mató siete colegas

En una nueva muestra del poder que tienen los llamados supercontagiadores, a inicios de diciembre, un hombre que estaba contagiado de coronavirus sin saberlo, se mantuvo realizando su trabajo presencialmente, frente al resto de sus colegas. Solo lo supo cuando aparecieron los primeros síntomas y el examen de PCR dio positivo por coronavirus.

Pero ya era tarde. Durante las dos semanas en que fue a trabajar estando enfermo, generó dos brotes al interior de su empresa. El primero mató al menos a siete personas, casi el 20% del total de muertes por Covid desde que comenzó la pandemia en el condado de Douglas, en EE.UU., donde se produjo la dramática secuencia. El segundo brote obligó a poner en cuarentena a más de 300 personas. El condado no informó dónde trabajaba la persona.

Estos episodios generados por los llamados superpropagadores no son nuevos y aislados. El problema es que la mayoría de estos pacientes ignoran que tienen la enfermedad, pero también mantienen -como muchas personas- actitudes irresponsables y se reúnen en grandes grupos, sin las medidas preventivas que se han indicado durante la pandemia.

“La última y más preocupante tendencia es que estamos viendo casos en los que los residentes eligen ir al trabajo y al colegio cuando todavía están enfermos”, dijo Bob Dannenhoffer, oficial de salud pública en este condado, en un comunicado. “Ni siquiera podemos imaginar el tremendo remordimiento que estas personas están sintiendo en este momento, y simpatizamos con ellos”.

El condado de Douglas, con la mayor parte de su población en Roseburg, pasó los primeros días de la pandemia con relativamente pocos casos, pero el sur de Oregon no ha sido inmune al reciente aumento de casos observados en todo el estado y en todo el país. En los primeros ocho meses de la pandemia, el condado de Douglas informó 623 casos del virus. Pero solo en el último mes se han registrado 635 contagios.

En octubre pasado una menor de 13 años transmitió el coronavirus a 11 personas en EE.UU. durante una reunión familiar en un lapso de tres semanas.

De acuerdo al organismo, durante julio y agosto de 2020, el brote de Covid-19 ocurrió durante una reunión familiar de tres semanas que involucró a cinco familias, en la que una adolescente de 13 años era el índice y presunta paciente cero; la niña, concluyeron, logró contagiar a 11 personas en esta larga y distendida reunión.

El evento vacacional se llevó a cabo después de que la menor estuvo expuesta al virus durante un “gran brote” en junio. Cuatro días después de estar expuesta a este brote, la niña dio negativo en un test rápido de Covid-19 y junto a su familia viajó a una reunión con otros 15 parientes. Dos días después, comenzó a experimentar congestión nasal, el único síntoma que desarrolló.

La reunión involucró a personas entre nueve y 72 años, y 14 de los familiares se quedaron en una casa de cinco habitaciones y dos baños entre ocho y 25 días. Durante su estadía, ninguno de los participantes practicó el distanciamiento social ni usó mascarillas. Seis familiares más visitaron la casa en dos ocasiones pero mantuvieron el distanciamiento social y se quedaron al aire libre.

También en octubre, la prensa de ese país documentó un nuevo caso, el de una adolescente de 16 años de Nueva York, cuya fiesta de cumpleaños celebrada a fines de septiembre terminó con el contagio de coronavirus de 37 personas, según funcionarios del condado de Suffolk.

De los contagiados, 29 asistieron a la fiesta, la que se llevó a cabo en un centro de eventos llamado Miller Place Inn el pasado 25 de septiembre. Según las autoridades, al menos siete de los contagiados fueron contactos domésticos, mientras que un caso fue un contacto cercano de alguien que asistió a la fiesta, dijeron los funcionarios.

2. Esto implica para Chile la llegada de la variante británica

En su interminable capacidad de transformarse, el virus Sars-CoV-2 ha continuado realizando una serie de mutaciones. La última de estas variantes apareció en el Reino Unido, y sería más contagiosa y repsonsable del aumento de casos en ese país.

Esta variante, según señalan especialistas, ha hecho al virus más contagioso, y podría obligar a modificar la vacuna en un futuro, entre otras interrogantes que ha generado este incierto nuevo escenario.

Pero, ¿cuál es la implicancia de la llegada de la varante detectada en Gran Bretaña¿ a Chile? ¿Es más contagiosa y letal que el virus original? Según Roberto Olivares, jefe de Infectología de Clínica Dávila, entrevistado en una nota de Qué Pasa, de acuerdo a lo que se sabe hasta ahora “es una cepa que se contagia con mayor eficiencia y, por lo tanto, el número de casos podría aumentar con mayor rapidez.”

César Bustos, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes, señaló en la misma nota que en el mundo globalizado, con fronteras abiertas y movilidad ampliada sobre todo por estas fechas, “es cuestión de tiempo para que esta nueva variante, así como las nuevas que puedan aparecer, sean transportadas a todos los rincones del mundo, incluyendo Chile”.

El problema de que esta nueva variante viral pueda circular libremente en el territorio nacional, “es que aumente el número de personas enfermas, lo cual genere la necesidad de asistencia médica tanto en urgencias como en hospitalización tanto en plantas como en unidades de paciente crítico”, añade Bustos.

No está demostrado aún que esta variante sea más letal. “Lo que sí es posible suponer en este momento es que, si esta variante tiene mayor transmisibilidad entre personas, tenga mayor capacidad de llegar a personas vulnerables por su exposición a personas infectadas que sean sintomáticas o asintomáticas”, establece el médico de la Uandes.

Respecto a las consecuencias que podría tener para las vacunas que se están desarrollando, Olivares es optimista. “De acuerdo con la información que se cuenta hasta el momento, las vacunas seguirían siendo útiles contra esta cepa”, explicó.

Por ahora no se prevé que esta variante del virus SARS-CoV-2 suponga que las vacunas desarrolladas y que se están probando pierdan o vayan a perder su efectividad. “Las campañas de vacunación deben seguir tal como lo recomienda y tiene previsto la Autoridad Sanitaria local”, argumenta Bustos.

Por su parte, Alexis Kalergis, académico de la Universidad Católica y director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII), señaló a Qué Pasa, que faltan estudios. “Aún no existe evidencia de que esta variación pueda evadir la respuesta inmune generada por las vacunas, pero sin embargo debe ser estudiado”.

Respecto a su llegada, Alfredo Sagredo Campos, investigador del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica BNI de la Facultad de Medicina Universidad de Chile, explicó en una nota a Qué Pasa, que aunque los casos nuevos de esta variante continúan a medida que pasan los días, el Dr. Sagredo señala que es posible que esta mutación del virus ya esté presente en más países de los que se cree, incluyendo a Chile.

“Es sólo una hipótesis, pero es muy posible que en Chile el virus haya llegado mucho antes de lo que pensamos. Estaba en el Reino Unido, en EE.UU. también, pero acá por nuestro sistema estamos ciegos”, afirma.

3. Esto reveló el hackeo de la vacuna de Pfizer

Bert Hubert, consultor de ciberseguridad, fundador de una empresa que nombra dominios de internet, y un pasado como hacker enfocado en software de código abierto, logró “hackear” la estructura del vacuna de Pfizer.

En un post publicado en su sitio, y tomando como base la información genética de la vacuna BNT162b2 o Tozinameran, publicado por la Organización Mundial de la Salud, Hubert literalmente “desmembró” y analizó parte por parte los 4284 caracteres de la vacuna de Pfizer/BioNTech, como si fuese el código de un programa informático, entregando interesantes datos sobre ingeniería genética e inmunología.

“Al comienzo del proceso de producción de la vacuna, alguien cargó este código en una impresora de ADN, que luego convirtió los bytes del disco en moléculas de ADN reales”, explicó según consignó una nota de Qué Pasa. “Con esta máquina se pueden obtener pequeñas cantidades de ADN, que después de numerosos procesos biológicos y químicos se convierten en ARN en el vial de la vacuna”.

Es aquí donde salta la primera comparación: “El ARN es la versión volátil de la ‘memoria de trabajo’ del ADN”, señaló.

Para hacer una analogía más simple, el ADN es como una memoria flash en los computadores. Si bien el ADN es fuerte y confiable, así como los computadores no ejecutan código directamente desde la memoria flash, el código se copia en un sistema más rápido, más versátil pero mucho más frágil, que en las computadoras conocemos como memoria RAM (lo mismo en que nos fijamos antes de comprar un notebook), y que en términos biológicos, es el ARN.

Asimismo, a diferencia de la memoria flash, la RAM se degrada muy rápidamente a menos que se cuide. La misma razón por la que la vacuna de ARNm de Pfizer/BioNTech debe almacenarse a una temperatura tan baja como -70ºC.

Nicolás Muena, investigador de la Fundación Ciencia y Vida, explicó en la nota que es un tema muy técnico y que se estudia en genética en la universidad, “pero al hacer la analogía con la informática me parece muy interesante”, dijo.

“Es un resumen de 30 años o más de investigación, que confluyen en cómo usar el ARN mensajero, molécula transitoria que es igual a los mensajes de las películas de espías, que se van a auto destruir luego de ser utilizados. Es un mensaje que dura muy poco, pero que puede ser usado para entregar instrucciones y luego se desecha, y además no puede modificar nuestra información genética”, añadió.

A nurse prepares a dose of the Pfizer-BioNTech COVID-19 vaccine at the Hector Berlioz EHPAD (care homes and day centres for elderly people) as France begins vaccination against the coronavirus disease (COVID-19) in Bobigny, France, December 30, 2020. REUTERS/Charles Platiau

“En el trabajo muestran las modificaciones de cómo las células usan estas moléculas para poder hacer sus propias piezas. Todo ese conocimiento lo usamos para engañarlas, inventando una pieza para que fabrique lo que nosotros queremos. Es una tecnología que se usa en laboratorio hace años, pero que no pensamos que podríamos ver utilizada en nuestro cuerpo. Entregarle una instrucción, para que pueda tomar esta información, producir lo que nosotros deseemos y luego eliminarlo”.

“Esto tiene aplicaciones en muchas cosas más, como terapias genéticas contra el cáncer u otros virus”, señala.

“Mucha gente se pregunta ‘por qué la vacuna demoró sólo un año, qué confianza me puede dar’, pero esta tecnología se viene dando hace 30 años”, afirmó Nicolás Muena. “El artículo revela todas las mejoras que se lograron. Antes, esto mismo no había funcionado sin que el ARN terminara degradándose -por ello las bajas temperaturas- y la primera vez que se intentó no funcionó. Es una historia de décadas de fallos y errores hasta llegar a lo que vemos hoy”.

Entre los descubrimientos relevados gracias a este trabajo, el investigador indicó que “esta vacuna contiene modificaciones para que el sistema inmune propio de las células no ataque este ARN, y pase inadvertido. Otra modificación hace que la célula reconozca el ARN como propio y que entre como si fuese del núcleo, procesándolo como si fuese parte de la célula, pero en verdad está produciendo algo que viene de afuera. Lo interesante es que cada una de estas modificaciones surgió en base a errores, cosas que no funcionaron alguna vez”.

“Hay otra modificación que hace que estas instrucciones sean prioritarias en la célula, por sobre las otras cosas. Mientras esta hoja de instrucciones esté dentro del cuerpo, las células van a producir esta proteína por montones, y eso lo hace muy efectivo. Como si estuviesen haciendo horas extras”, añadió.

“Incluso hay una señal para que la célula pueda tomar esto como propio, que no lo ataque, lo produzca en masa y además lo localice en la región correcta de la célula para que sea reconocida por el sistema inmune. Es una señal que le dice ‘usted me fabrica esto’, y lo envía a la superficie para que produzca las defensas”.

Muena sostiene que otra modificación, relacionada con su campo, la virología, tiene que ver con el Mers (el primo de este coronavirus, que atacó Asia en 2012), y un estudio que en 2017 estableció que era posible estabilizar la proteína ‘spike’ induciéndole pequeños cambios o mutaciones. “Esta proteína pasa por distintos cambios estructurales: es como una llave que entra a la ‘cerradura’ de la célula, luego la abre para fusionar el virus con la célula, y de esa forma liberar la información genética. Al sistema inmune le sirve reconocer el estado antes de la fusión -es el talón de aquiles del virus-, el estado en el que hay que armar los anticuerpos para bloquearlo, porque si se hace en el estado post fusión, esos anticuerpos no serán neutralizantes. En 2017, los científicos lograron bloquear esta proteína spike en su estado prefusión, antes de girar la cerradura”, explica.

“Si podemos generar vacunas en este estado, pre fusión, estas vacunas serán más efectivas, y será un cambio increíble. Esta tecnología se está aplicando contra otros virus y harán que las vacunas basadas en ARN mensajero sean más efectivas, porque podemos bloquear las proteínas en el estado más susceptible de ser neutralizado. Esta información fue tomada por Pfizer y Moderna para sus vacunas”, dice.

“El último cambio, relacionado con el ámbito de la biofísica de lípidos, y que tiene que ver con el secreto de Pfizer y Moderna, son las nanopartículas lipídicas, que envuelven el ARN mensajero y cumplen la función de protección con una película de grasa, por lo que las enzimas no la atacan. Moderna mejoró este método y por eso puede almacenar el medicamento a -20ºC, contra los -70ºC de Pfizer. Pero no cuentan de qué están compuestas las partículas, porque es parte de su secreto”, apunta Muena.

“Finalmente, como nuestras células también están cubiertas de una membrana lipídica -por lo tanto de la misma naturaleza-, es más sencillo que lleguen y se fusionen y hacer que el ARN mensajero llegue a las células. Es un sistema de entrega y protección”, asegura.

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