El Departamento de Defensa de Estados Unidos decidió publicar una fotografía que capturó un piloto de la Fuerza Aérea frente al globo chino acusado de espionaje, antes de que fuera eliminado.

La primera vez que se vio este globo ocurrió el pasado 28 de enero, cuando las autoridades estadounidenses alertaron de la presencia de un objeto extraño en su espacio aéreo, específicamente en Alaska.

El 28 de enero se identificó por primera vez el globo chino en espacio aéreo de EE.UU. Foto: AP.

Días después el Pentágono dio a conocer que se trataba de un globo de origen chino que habría estado espiando, y que a petición del presidente Joe Biden, sería derribado.

De acuerdo a reportes de la Fuerza Aérea, el aparato volaba a eso de 18.200 metros de altura. En paralelo, los aviones U-2 del organismo suelen andar a 21.300 metros de altura en los espacios aéreos de Estados Unidos.

La foto del encuentro entre un piloto estadounidense y el globo chino

Durante la jornada del 3 de febrero, un piloto del avión U-2 se tomó una selfie mientras iba siguiéndole la pista de muy cerca al globo de color blanco.

Estaban frente a frente, según se aprecia en la fotografía. No se consigue ver el rostro del funcionario sino que se aprecian unos pequeños detalles de la cabina, parte de la tierra y el objeto volador.

Foto: Fuerza Aérea de Estados Unidos/Reuters.

Al día siguiente, el globo chino terminó siendo destruido por un avión de combate F-22 sobre el océano Atlántico, cerca de Carolina del Sur.

Esta selfie primero fue publicada en un sitio web especializado llamado “Dragon Lady Today”, el mismo apodo con el que ha sido denominado el avión U-2. Según información de la agencia de noticias AFP, la viceportavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Sabrina Singh, confirmó en una conferencia de prensa que la imagen era real.

Si bien China ha advertido que el globo se trataba de una aeronave con fines de investigación metereológica que solo se había desviado de su rumbo habitual, el Pentágono no cree en esa tesis: piensan que se trata de uno de tantos objetos de televigilancia que ha expandido China en distintos puntos del planeta.