Señor director:

Algunos indican que el rol de las Fuerzas Armadas debe centrarse en la Defensa; es decir, en su capacidad de mantener la soberanía mediante la disuacion, fundamentalmente ante un conflicto mayor como una guerra, y que otros roles debieran ser tema de otras instancias del Estado. Otros estiman que pese a tener capacidades esencialmente de combate, las FF. AA. pueden y deben contribuir a otras instancias como desastres naturales, emergencias o la política exterior.

Frente a esta aparente disyuntiva, el terremoto y maremoto del 27F dejaron claro que ante un desastre natural se espera una pronta y efectiva acción de los militares y que, al mismo tiempo, como manifiestan las autoridades tras Haití, nuestras Fuerzas Armadas continuarán siendo parte de la política exterior mediante operaciones de paz. También es relevante constatar que no se ha visto -pese a mi opinión contraria- un proyecto de ley que termine con los roles castrenses en los actos eleccionarios. Todo ello indica que nuestra sociedad espera "algo más" de los militares.

En ese marco, creo que las Fuerzas Armadas deben estar preparadas, entrenadas y equipadas con igual interés para todos los deberes que les asigna la sociedad, en correspondencia con los desafíos del país. Pero ello se debe reflejar en sus estructuras, equipamiento e instrucción, con un norte que permita a los militares cumplir todos esos roles.

La Defensa que queremos es un tema de Estado, que debería estar presente en todos los discursos y programas. Sin embargo, dudo que sea prioritaria para la política de nuestro país, tan urgida por lo inmediato y tan distante de lo importante.

Eduardo Aldunate Herman