Wimbledon tiene nueva reina. En una final en la que fue amplia dominadora, la alemana Angelique Kerber se impuso a Serena Williams para quedarse con el título del torneo en césped.

6-3 y 6-3 fue el resultado con el que la décima tenista del ranking WTA se quedó con su tercer grand slam. Se suma a los Abiertos de Australia y Estados Unidos de 2016. Williams por su parte, alcanzó un buen resultado en su vuelta al tenis desde que fue madre.

"Ha sido una gran oportunidad para mí (estar en la final). Hace un par de meses no sabía cómo estaba, ni cómo estaría ni si sería capaz de volver. Ha sido un largo camino hasta ver la luz. Por eso creo que estas dos semanas me han enseñado que puedo competir. Creo que puedo ser una candidata para ganar grand slams", dijo Williams tras el partido.

Por otro lado, Kerber se tomó revancha de la final de Wimbledon en 2016, cuando la misma estadounidense la derrotó 5-7 y 3-6. "Era mi segunda oportunidad de jugar en la final. Soy la siguiente alemana que que gana desde Steffi (Graf en 1996). Es increíble", expresó la campeona.