Curicó respira tranquilo, mientras el Campanil se duerme y queda relegado. El sublíder jugó como colista y le costó caro. Fue 1-0 para el local con anotación de Neri Bandieri.

Este duelo se presentaba como crucial y bisagra para ambos equipos. El local debía ganar para volver al triunfo luego de cuatro partidos y escapar de la zona de descenso. De hecho, la última vez que sumaron de a tres fue frente a San Luis en el debut de Jaime Vera. El Campanil requería del triunfo para mantenerse en la pelea y no seguirse alejando de la UC. Una necesidad imperiosa luego de que haber enredado puntos claves en la segunda rueda. Finalmente, los

A pesar de la importancia que significaba el encuentro para ambas escuadras, ninguno salió con todo. Pero para ser justos, Curicó fue ampliamente superior al Campanil en la primera mitad. De hecho, la más clara fue en los pies de Gauna, quien falló una oportunidad clarísima para abrir la cuenta a los 4'. El volante se encontró con una reacción felina del inspirado Tigre Muñoz.

¿Se esperaba más hambre del sublíder? Por su puesto. Es que lo hilvanado el primer tiempo por los universitarios fue por lo menos discreto. No daban tres pases seguidos, esperaban replegados y el único desahogo eran los pelotazos al gigante Pino. Recién en los últimos 15', los penquistas adelantaron un poco las líneas, consiguieron administrar un el balón y llegaron con un remate desviado de Camargo. Así terminó un pobre primer tiempo.

Los penquistas siguieron con este flojo andar, lejos de reaccionar, empeoraron. Pese a que Curicó no llegaba con oportunidades claras, jugaba mejor. Así se hizo justicia para el equipo que buscó. El gol llegó desde la banca y Bandiera se convirtió en héroe. a los 75', tras un centro espectacular de Rebolledo, el argentino cabeceó cruzado abajo. El Tigre esta vez no pudo salvar a los universitarios.

De esta forma, no se pelea un título. No hubo hambre, tampoco ganas y menos buen fútbol. El Campanil se duerme y extraña mucho el desequilibrio de Jean Meneses.