Cristopher Toselli: Fue poco exigido. Cumplió ordenando a sus defensores y en las escasas llegadas del equipo albo. No tuvo problemas en el juego aéreo. En el gol, pudo hacer poco ante el buen zurdazo de Opazo.

Cristian Álvarez: Empezó con dudas, pero se fue afirmando. Aportó su liderazgo habitual en un equipo al que no le sobran referentes. Tiene complicaciones físicas evidentes, que se hacen más notorias cuando enfrenta a rivales mucho menores, como el colocolino Carlos Villanueva. Suple todas sus falencias, eso sí, con inteligencia táctica. No se sumó casi al ataque por estar más preocupado de los embates albos por su sector.

Germán Lanaro: Su esfuerzo físico es encomiable. Estuvo aplicado en las coberturas y se incorporó siempre al ataque. Le anularon un gol de cabeza durante el primer tiempo por una clara infracción en ataque. No tuvo mayores problemas en el retroceso, aunque su gran deficiencia sigue siendo la salida asociada desde el fondo. Consciente quizás de aquello, casi siempre prefirió el pelotazo antes que buscar un juego fluido desde posiciones defensivas.

Branco Ampuero: Acaso el más bajo de la defensa estudiantil. Se le vio descolocado y a ratos confundido. Persiguió a Paredes y lo pasó mal. Tiene más facilidades que otros para jugar con los pies, pero ante los albos no jugó su mejor partido.

Germán Voboril: Tuvo que cubrir la banda izquierda de manera casi íntegra, por lo que terminó fundido físicamente. En el primer tiempo tuvo más protagonismo que en el complemento y dejó un par de buenas proyecciones ofensivas. De todas maneras, sigue estando muy en deuda con el equipo.

José Pedro Fuenzalida: Muy lejos de su nivel. Jugó como es habitual cerca de la banda derecha, pero esta vez no fue desequilibrante. Corrió y lo intentó, pero no está fino con el balón. No tuvo éxito en casi ningún uno contra uno ante Gabriel Suazo, que terminó imponiéndose en el duelo indivual.

Carlos Lobos: Aportó frescura y dinamismo a la zona media del equipo cruzado. Fue protagonista y no eludió la responsabilidad que implica la titularidad en un momento complejo como el que viven los de Las Condes. Intentó mediante remates de media distancia y puso todo su sacrificio al servicio del equipo. No logró contrarrestar del todo el juego colocolino, pero su presencia valió para que los estudiantiles exhibieran, a ratos, una mejor cara. En lo que viene, no debiera salir de la oncena estelar.

César Fuentes: Actuó muy contenido. Casi con miedo al error. No se proyectó ofensivamente y tuvo muchas dificultades en la marca de Valdivia, a quien siguió de cerca durante todo el encuentro.

Luciano Aued: El más destacado de la UC. Corrió, metió y jugó. Cubrió una amplia zona en el medio, por lo que terminó visiblemente extenuado. Fue el líder futbolístico y espiritual de su equipo, aunque su influencia no trajo la buena suerte. Completó, probablemente, su mejor actuación personal desde que arribó a la precordillera.

Diego Buonanotte: La pidió y buscó constantemente, pero tuvo grandes dificultades para sortear la marca del mediocampo de Colo Colo. Debió salir del medio y meterse en la orilla para intentar tener el protagonismo. Fue uno de los más golpeados, por su siempre peligrosa conducción en velocidad con el balón pegado al pie. Abusó, eso sí, de las simulaciones. En una de ellas logró que Baeza se fuera expulsado.

Santiago Silva: Otro partido ingrato para el uruguayo. Chocó siempre con los centrales albos y nuevamente estuvo mal alimentado por los volantes, que deben generar el juego. Tuvo un tiro en palo después de un globito a Barroso que hubiese sido uno de los mejores goles del torneo.

Jeisson Vargas: Entró en los minutos finales, justo después del gol de Colo Colo, por lo que tuvo que convivir con el repliege del Cacique, que en los minutos finales se esmeró más en cuidar la ventaja que en aumentarla.

Fernando Cordero: Ingresó casi al final, en medio de la desesperación cruzada por buscar el empate. Prácticamente no participó del juego.

David Llanos: Volvió después de una larga ausencia. En siete minutos no pudo hacer nada para cambiar la suerte de los precordilleranos.