El irregular rendimiento de la Selección Nacional durante los últimos encuentros obligó a Reinaldo Rueda a hacer modificaciones. En ese sentido, el ingreso ayer de Gary Medel como defensor central ante Honduras es, quizás, la principal decisión del director técnico colombiano pues, además, representa una contradicción con lo que exhibió desde el inicio de su proceso al frente del equipo, cuando dejó de manifiesto, y en más de una ocasión, su predilección por los centrales espigados.

El pasado viernes, sin embargo, tras la lesión de Enzo Roco en el duelo ante Costa Rica, el Pitbull dejó la zona media, donde el de Cali lo prefiere, y volvió a la zaga. Después del encuentro, pese a la inapelable caída, el capitán manifestó su predilección por aquel puesto. "Me acomoda jugar en el fondo porque veo la cancha de frente. Me gusta jugar ahí. Manejo el puesto y puedo controlar al equipo", dijo.

Ayer, en tanto, ratificó en la cancha sus palabras. Sobrio y ágil, el polifuncional jugador exhibió sus sobrados argumentos para ser el líder de la zaga nacional.

Y aunque el conjunto catracho tampoco exigió demasiado a la retaguardia criolla, las veces que se acercaron sobre el arco de Bryan Cortés el formado en la Universidad Católica no titubeó y, haciendo gala una vez más de su sentido de la ubicación y su capacidad de anticipación, fue el más destacado del fondo.

Con su salida fluida, además, ayudó a que la transición desde la defensa del equipo chileno fuera siempre pulcra y sin complicaciones, como venía siendo con Roco en la estelaridad.

Anoche en la Novena Región, el ex Sevilla llevó la voz de mando atrás, se coordinó de buena manera con Maripán y hasta fue quien calmó los ánimos al principio del compromiso, cuando los ánimos se encendieron en un par de acciones de los primeros minutos.

En el complemento, con el adelantamiento de los centroamericanos, Medel y todos los zagueros chilenos tuvieron más trabajo, pero no menos efectividad. Ahí, el de Conchalí estuvo sobresaliente en la marca y las coberturas, ganándose incluso la ovación del público después de un par de buenas y exigidas intervenciones que sirvieron para alejar el peligro. También, estuvo atinado en los pelotazos largos, acertando la mayoría de sus intentos de salida extensa cuando no había opción de pase.

En suma, fue un buen partido el de Medel, ya que ratificó por qué le acomoda actuar como central. Ahí, de hecho, es donde más y mejor ha rendido en toda su historia con la Selección. Anoche volvió a aprobar y, de paso, le puso una compleja tarea a Rueda, que debe sacar conclusiones de cara a 2019.