Zidane canceló el entrenamiento que estaba previsto para ayer lunes. Después del empate en Vigo contra el Celta que deja los blancos a 16 puntos del Barcelona sin que haya terminado todavía la primera vuelta, el técnico francés decidió que lo mejor era que cada jugador ahogara sus penas e hiciera sus reflexiones en casa, lejos de la pelota y del campo de entrenamiento. A Valdebebas, sin embargo, acudieron algunos jugadores —entre ellos Casemiro— a la sesión de trabajo voluntaria. La noche anterior la plantilla recibió en el vestuario la visita de Florentino Pérez. Según un testigo saludó a los jugadores uno por uno y les dio una caricia.

El Madrid reanuda hoy su actividad. Por delante tiene la Copa y un mes para revertir la situación en la que anda metido antes de medirse al PSG en los octavos de Champions. Una tarea titánica teniendo en cuenta cómo se ha desplomado el equipo desde el mes de septiembre. Se ha dejado ya 19 puntos por el camino (la temporada pasada fueron 21 en todo el campeonato). Varias son las razones que explican la caída del campeón de Liga.

La falta de gol. Ocho puntos menos lleva el Madrid en esta Liga respecto a la temporada pasada. Por entonces, a estas alturas de campaña, había anotado 46 goles por los 32 de ahora. Remata igual: 318 remates, 125 a puerta el año pasado; 320 y 118 a puerta, este. No sólo crea las mismas ocasiones de gol, sino que incluso lidera el ranking de remates de la Liga (320, por encima de los 287 del Barcelona), pero le falta acierto. Mucho. Prueba de ello son los alarmantes datos de sus delanteros, el tridente no suma más de diez goles. Cristiano lleva cuatro dianas, Benzema dos; Bale lleva el doble que el francés habiendo jugado 384 minutos menos.

Fragilidad defensiva. Cualquier rival le ha sacado los colores al Madrid que, sin embargo, lleva los mismos goles encajados (16) que el año pasado a estas alturas de Liga. Apenas ha subido el número de remates recibidos (de 151 a 162 de este año), pero el equipo transmite fragilidad. También porque los resultados no acompañan y no consiguen maquillar los errores defensivos como los que cometieron en el campo del Celta el domingo.

Descontrol, prisas y ansiedad. Marcelo se defendía en Vigo de los que le acusaban de haber facilitado la contra del Celta en el 2-2. Un balón perdido suyo intentando una ruleta empezó los errores en cadena de los blancos. "He hecho varias ruletas y a veces fallas y te ponen abajo", se defendió el brasileño. Más allá de la ruleta, llamó la atención que el lateral izquierdo del equipo estuviera en el círculo del centro del campo y fuera de su posición en esa jugada. El Madrid había perdido el control, pero iba ganando 1-2. La falta de acierto de cara a portería se está traduciendo en prisas y ansiedad. Parece que el equipo quiere marcar rápido para quitarse el dolor y ataca sin criterio y sin jugar al fútbol.

Falta de regularidad y confianza. Desde las dos Supercopas el Madrid no ha conseguido jugar bien durante 90 minutos (salvo la goleada al Sevilla en el Bernabéu) Ha sufrido en muchos tramos, se le ha visto hacer buen fútbol a ratos y a ratos vivir en el descontrol. Contra el Barcelona dominó en la primera parte y se desplomó en la segunda. Contra el Celta pasó más de lo mismo. El técnico lo achaca a un problema de confianza y autoestima. Es como la pescadilla que se muerde la cola: el equipo domina pero ve que ese dominio no se traduce en goles y superioridad y se descarrila. "Últimamente no tenemos confianza en nuestras posibilidades", dijo Zidane.

Problemas con el balón. Los blancos están cometiendo muchos errores en la salida del balón. La medular favorita de Zidane (Modric-Casemiro-Kroos) contaba el año pasado 309 pérdidas a estas alturas de Liga por las 434 de este año.

Estado físico de varios jugadores. De los 32 goles que lleva el Madrid, 23 los ha marcado en las primeras partes y nueve en las segundas. Zidane niega que sea un problema físico —y los datos que maneja de cada jugador parecen darle la razón—, pero hay varios futbolistas de la plantilla (Marcelo, Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo, Benzema, Kroos, durante buena parte de la temporada también Modric, Varane) que no están en su mejor momento ni llegan al rendimiento que mostraron el año pasado.

Planificación de la plantilla. Después de la victoria en Cardiff, Zidane le hizo saber a Florentino Pérez que no tocaría a la plantilla, que estaba encantado con la que tenía. Se marchó Pepe y no se pudo hacer nada, para retener a James y Morata. El club intentó fichar a Mbappé pero no pudo (ni quiso, por respeto a los demás integrantes de la plantilla) competir con el sueldo que le ofrecía el PSG. No se rastreó el mercado en busca de alguna alternativa porque se pensó que con lo que había el equipo era competitivo. Llegó una camada de jóvenes formada por Vallejo, Ceballos, Theo, Llorente y Borja Mayoral que apenas han contado para el técnico francés. Algunos de ellos, además, no han mostrado el rendimiento esperado.