Tomás Barrios (21) cambió el frío polar del Salzburgo por el calor del cemento de Santiago. Tras participar por sorpresa, y cumpliendo, en la serie que clasificó a Chile a las finales de la Copa Davis, ahora prepara su presentación en el Challenger de Morelos, en México.

"Fue un fin de semana increíble, a todos los tenistas les encanta representar al país. Es como un sueño y me tocó jugar por primera vez un punto válido. Me sentí muy bien, y con el apoyo del Nico (Massú) se pudo ganar la serie y estamos en Madrid", dice.

Para la mayoría fue una sorpresa que apareciera en el dobles con Hans Podlipnik, pero para el chillanejo no tanto: "Durante toda la semana, me dijeron que era probable que jugara y que me mentalizara. Hice toda la semana ejercicios de dobles y nada de singles, así que estaba preparado. A lo mejor si íbamos 2-0, jugaba Nico (Jarry), pero era muy arriesgado con el 1-1. Además, Julio (Peralta) no estaba en buenas condiciones. Igual me ayudó harto y Nico (Massú) me dio muchos consejos y me dijo que tenía que dar todo; el Chino me dio tips".

Sobre qué rivales le gustaría enfrentar en noviembre, Barrios es claro: "Estamos en el Grupo Mundial y no podemos pedir que nos toque algún rival accesible. Soy más de la idea de Nico, de jugar contra España".

Para un joven de su edad, la vida en el circuito suele ser dura, pero él es firme. "Me aburren pocas cosas del tenis, lo que sí me puede llegar a aburrir es que todos los días son lo mismo. Un lunes es igual que un domingo, porque uno hace lo mismo. Ahí entra el Play y se me olvida".

Protagonista de la generación millennial, el pupilo de Guillermo Gómez no se complica en reconocer que la literatura no es su fuerte. "No leo nada, el primer libro que me leí fue el año pasado, Bajo el aro, de Pau Gasol. Pero la verdad es que no me gusta la lectura", confiesa. Y añade: "Juego todo el día Play, siempre FIFA, y ahora me compré un Nintendo Switch".

En ese sentido, él mismo se encarga de dar sus definiciones. "Nunca he llegado tarde, no he faltado a un entrenamiento. Dentro de todo, soy disciplinado, pero no soy un robot. Y el circuito está lleno de esos. Los europeos son muy fríos, están todo el día solos y callados. Yo tengo muchos amigos", apunta.

También se declara hincha de Ñublense, aunque con simpatías por la U por su familia. Y a pesar de ser de Chillán, no le gusta la longaniza. "Prefiero los asados", asume el tenista, quien tiene tres hermanas mayores. "Soy el conchito, el regalón", presume.

Esta temporada ha tenido buenos desempeños en canchas rápidas, aunque no tiene preferencias: "Depende de cómo me despierte ese día, me gustan las dos superficies. En arcilla me siento más cómodo, pero en cemento puedo jugar mejor".

El número tres de Chile es muy elocuente al dar su opinión sobre los cambios en los torneos. "Lo que no me gusta es que dan menos puntos. Si lo que hice este año, lo hubiera hecho el año pasado, tendría el doble de puntos. Lo de la ITF es un enredo, pero creo que al final es mejor, por el tema de las apuestas. Creo que eso va a bajar harto", plantea.

Y sobre este último punto es tajante: "Me parece asqueroso, que caigan todos". Consultado sobre Cristóbal Saavedra (el tenista chileno sancionado por las apuestas en el tenis), se limita a repetir "que caigan los que tengan que caer".

Auténtico y sin rodeos, Tomás Barrios se abre paso.