Brexit hace caer la producción automotriz británica a niveles de 2010

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La realidad automotriz británica supone una serie de desafíos a 2021, cuando se concrete el proceso Brexit. La producción 2019 fue igual que en 2010.




Que la salida del Reino Unido de la Unión Europea traería consecuencias, era sabido. De todos modos, verlo reflejado en los números no deja de llamar la atención, sobre todo cuando las estadísticas muestran que el llamado Brexit está significándole a la potencia del norte de Europa retroceder a niveles de producción de hace exactos 10 años. Ello no deja de ser un dato trascendente, puesto que -como te habíamos contado a mediados de 2019-  la fuerza laboral británica era la cuarta más grande del Viejo Continente, con casi 190 mil operarios involucrados de forma directa (solo lo superaban Alemania, Francia y Polonia).

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Según la Asociación de Fabricantes y Comerciantes del Motor (SMMT, por sus siglas en inglés), en 2019 el sector motor sufrió una caída del 14,2%, llegando al peor nivel productivo desde hace una década. Según el ente, el debilitamiento del área se produjo por la disminución de la demanda en mercados ajenos a la UE (lo que parece estar estrechamente ligado por el fenómeno Brexit y la incertidumbre que ha traído) y por las restricciones cada vez más exigentes en materia de motores diésel. En concreto, el año pasado se fabricaron 1.303.135 autos, el monto más bajo desde 2010. Lo preocupante para la economía británica, es que 1.055.000 fueron destinados a la exportación, un área que volverá a verse resentida en 2020 y 2021, a medida que se concrete el quiebre del Reino Unido con el bloque continental (un proceso de transición).

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El Nissan Qashqai es el vehículo británico más exportado.[/caption]

Más de las mitad del volumen de la exportación británica tiene como destino final la Unión Europea. A modo de ejemplo, el recién estrenado en Chile Mini Countryman John Cooper Works movió su habitual planta de ensamblaje desde Oxford, en el Reino Unido, a Holanda. Durante los últimos meses, los llamados del sector motor se habían intensificado para evitar una salida dolorosa de la Unión Europea. Entre aquellos portavoces se encontraban los de los grupos Jaguar Land Rover, Nissan-Renault o PSA.

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