Columna de Cristián Monckeberg: Elecciones en dos días y el deber de mantener un proceso impecable



En un contexto donde la democracia enfrenta desafíos crecientes en su legitimidad y apoyo ciudadano, es esencial revisar y ajustar nuestros procesos electorales para asegurar la participación y transparencia, cada vez que sea necesario. Por esto, la propuesta del Servicio Electoral para extender las elecciones municipales a dos días, respaldada por el proyecto de ley presentado por el Ejecutivo, merece una reflexión seria, que considere como base su origen en el órgano técnico responsable del proceso electoral.

He seguido de cerca este debate. En el pasado, expresé mis reservas sobre la realización de elecciones en dos jornadas, preocupado por posibles acusaciones de fraude que pudieran empañar el proceso democrático.

Sin embargo, tras evaluar los resultados positivos obtenidos durante la anterior elección realizada en dos días, en 2021, en el marco de la pandemia, y considerando la complejidad de las próximas elecciones municipales, en que los electores deberán optar entre una gran cantidad de candidatos y papeletas, considero absolutamente necesario avanzar en línea con la propuesta presentada.

La experiencia previa ha demostrado que dividir las elecciones en dos jornadas no solo garantiza un proceso más ordenado y seguro, sino que también facilita la participación ciudadana, especialmente aquellos que enfrentan dificultades para votar. En ese sentido, como anteriores procesos, el rol que juegan las Fuerzas Armadas en la administración de los locales de votación disipa cualquier duda respecto a una posible vulnerabilidad de las urnas.

Además, esta medida permite evitar las aglomeraciones y las largas filas que podrían poner en riesgo la salud de las personas, ya no por la pandemia de Covid-19, sino por otras situaciones particulares.

Es fundamental atender las preocupaciones expresadas por los distintos sectores políticos, en base a razones técnicas sólidas. El foco principal debe estar en gestionar adecuadamente la alta participación electoral esperada y la complejidad logística asociada a múltiples candidatos y papeletas. Del mismo modo, es fundamental asegurar un proceso electoral más eficiente y transparente, en consonancia con los más altos estándares democráticos.

Con todo, esta medida también brinda la oportunidad de revisar y actualizar otras normativas relacionadas con el proceso electoral, como la llamada “ley seca”, que se elimina en esta propuesta. También de analizar el cierre de los centros comerciales, que a estas alturas no se justifica, así como tampoco la pérdida económica que significa para emprendedores y trabajadores, o la libertad de las personas para disfrutar de un fin de semana con actividades recreativas. Es de esperar que esta última se incorpore al proyecto de ley durante su debate.

Si queremos mantener nuestra tradición de procesos electorales impecables, en que exista transparencia, participación y procedimientos justos, creo que la realización de las elecciones municipales en dos días es una fórmula adecuada y puede representar un paso adelante en el cuidado y fortalecimiento de nuestra democracia, así como la garantía de los derechos políticos de todos los ciudadanos.

Por Cristián Monckeberg, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad del Alba

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