Columna de Juan Eduardo Saldivia: “Montevideo sin agua potable ¿y Santiago?

24 de JUNIO 2023/SANTIAGO El río Mapocho eleva su caudal a un punto histórico durante el último sistema frontal. FOTO: LUKAS SOLIS/AGENCIAUNO

"Hoy, Santiago tiene infraestructura para resistir 37 horas de respaldo sin producir agua potable y en la mayoría de las ciudades esa capacidad es cercana a escasas 8 o 9 horas. Por lo mismo, es importante que la normativa se actualice acorde a las necesidades urgentes del cambio climático. Sería interesante, por ejemplo, saber en qué estado se encuentra el desarrollo de los planes sectoriales de mitigación del cambio climático establecidos en la Ley Marco del Cambio Climático y, en particular, el de Recurso Hídricos"



Han pasado casi dos semanas desde el temporal más importante de la última década en la zona centro sur de nuestro país. Este tuvo características particulares. Ya es sabido, llovió mucho en zonas donde normalmente nieva y eso generó la crecida de los ríos y la turbiedad del agua a niveles que se detuvo producción en las plantas potabilizadoras de agua. En Santiago estuvimos a pocas horas de que se generara un corte en el abastecimiento. ¿Qué nos defendió? Sin duda, el comportamiento de la población, pero tanto o más importante que ello, es el hecho de que el responsable de la producción y distribución de agua ha venido realizando inversiones para fortalecer la resiliencia del sistema. Los Pozos de Cerro Negro-Lo Mena, los mega estanques de Pirque y otras obras han sido cruciales en eventos climáticos extremos para continuar entregando un suministro seguro, pese a la adversidad. Eso le dio a Santiago una capacidad de resistencia que muy pocas ciudades tienen.

Sabemos por la prensa internacional que, en la ciudad de Montevideo, luego de dos años de intensa sequía (en Santiago llevamos 14), el gobierno anunció que la población se quedará sin agua potable en algo más de dos semanas, con lo que ha permitido distribuir agua con niveles de cloruros y sodio muy por sobre lo que recomiendan las normas internacionales (más del doble que la chilena). ¿Consecuencia? El agua sabe a sal, se han dado diversas protestas, se eliminó del IVA al agua embotellada (ha aumentado su valor de igual forma), se han desplegado obras de captaciones subterráneas contra reloj, y otras varias obras implementadas frente a la emergencia. La principal fuente de Montevideo, el Rio San Luis, hace tiempo que viene decayendo en su aporte de agua fresca y la represa Paso Severino se encuentra en torno al 2% de su capacidad.

Resumen, dos países afectados por el cambio climático. Uno, enfrenta una situación gravísima sin solución efectiva a la vista, otro, hasta la fecha la ha podido soportar con éxito y beneficio para la ciudad. La clave ha sido la organización industrial, la que pone el foco en las inversiones y en la calidad de gestión. Nos cuesta reconocerlo, pero contamos con un sistema de prestación de servicios sanitarios de clase mundial.

Sin embargo, no podemos dormirnos en los laureles. Hoy, Santiago tiene infraestructura para resistir 37 horas de respaldo sin producir agua potable y en la mayoría de las ciudades esa capacidad es cercana a escasas 8 o 9 horas. Por lo mismo, es importante que la normativa se actualice acorde a las necesidades urgentes del cambio climático. Sería interesante, por ejemplo, saber en qué estado se encuentra el desarrollo de los planes sectoriales de mitigación del cambio climático establecidos en la Ley Marco del Cambio Climático y, en particular, el de Recurso Hídricos (tal vez en nada, ya que no se ha dictado el reglamento necesario para su elaboración y se venció el plazo de un año que tenía la autoridad para dictarlo). Entonces, ¿qué pasó en Montevideo? Sin duda, una combinación de factores, pero la falta de inversión en más y nueva infraestructura y de gestión juegan un papel importante para que el primer país del mundo que declaró el agua potable como un derecho humano hoy tenga a su capital ad-portas del racionamiento. El cambio climático exige inversiones, ellas deben ser planificadas, luego aprobadas y finalmente ejecutadas. Eso requiere tiempo el que, tal vez, ya no tenemos…

* El autor es abogado y ex superintendente de Servicios Sanitarios.

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