Columna de Rafael Sánchez: ¡Que paguen mejores sueldos!



Al cruce de declaraciones de hace algunas semanas entre la ministra del trabajo y los empresarios respecto de los bajos sueldos ahora se suma el debate sobre el nuevo reajuste del salario mínimo. Los sueldos en un mercado laboral competitivo van en línea con la productividad de los trabajadores, no obstante, en un estudio de 2022 mostramos que el mercado laboral chileno no sería del todo competitivo y que tendría algún comportamiento monopsónico, lo que provoca que a los trabajadores se les pague menos que su productividad (con gran heterogeneidad entre sectores), y por lo tanto habría un cierto margen para mejorar las remuneraciones. Sin embargo, dicho espacio es acotado y una mejor herramienta para elevar los salarios sería hacer más competitivo el mercado laboral, que no ha estado entre las prioridades el Ministerio del Trabajo.

En lo referido a si el salario alcanza o no para vivir, probablemente la respuesta sea “no”, si es que un solo sueldo, una sola persona trabajando en el hogar, es quien debe soportar todos los gastos. Si se analiza el número de personas trabajando por decil de ingresos se observa que, en los deciles de menores ingresos el número de personas trabajando por hogar es mucho menor que en los deciles de mayores ingresos. Es decir que, para hacer frente a sus gastos mensuales, un hogar de bajos ingresos no solo tienen salarios menores, sino que además tiene menos personas trabajando por hogar que uno de altos ingresos. Esto también debería ser materia de preocupación por parte del inisterio del Trabajo, más aún considerando que actualmente tenemos una menor tasa de ocupación que en años prepandemia. Lamentablemente, hasta ahora, la agenda laboral solo ha propuesto materias que hacen más costosa la empleabilidad de personas de baja calificación.

Para que los salarios aumenten y alcancen para vivir se debe a lo menos: 1) Aumentar el número de personas trabajando por hogar en los deciles de menores ingresos (por ejemplo, un sistema de cuidados y de sala cuna, salario mínimo por hora, mayor fraccionamiento de jornadas, reformar las indemnizaciones por años de servicio y una serie de medidas que permitan mayor adaptabilidad), 2) Fomentar la competencia del mercado laboral para disminuir el poder monopsónico de las empresas (¡permisología!), y 3) Elevar la productividad de los trabajadores (en materia de educación, capacitación y reconversión de los trabajadores). Las dos primeras son materias que debería abordar el Ministerio del Trabajo y el de Economía de forma urgente, mientras que el tercer punto debería ser un trabajo conjunto entre las carteras del Trabajo y Educación. Si no avanzamos en estas materias, los mayores salarios serán solo un deseo de la ministra.

Por Rafael Sánchez, director del Magíster en Políticas Públicas, Universidad Diego Portales

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