SEÑOR DIRECTOR:
Desde cortes de electricidad, temblores o una evacuación en el Metro, hasta una catástrofe como los últimos incendios en la Región de Valparaíso, todas son situaciones factibles de ocurrir en cualquier momento. En estos casos, cuando se precisa de una evacuación, las personas con discapacidad siempre están en desventaja, por lo que es fundamental incorporarlas en los protocolos de emergencia.
Lamentablemente, estamos acostumbrados a que la discapacidad no es prioridad para la toma de decisiones. El primer paso debe ser considerarlas cuando se desarrollan planes de acción, porque los desastres y catástrofes afectan más a las personas con discapacidad, ya sea cognitiva o física, porque no tienen las mismas habilidades para arrancar o adecuarse a las situaciones; ellas requieren de protocolos específicos, y sobre todo necesitan que su entorno también esté capacitado para auxiliarlos.
En España, por ejemplo, en conjunto con Fundación ONCE, se está trabajando con comunidades para realizar un mapeo e identificar lugares donde viven personas con discapacidad, y de qué tipo, porque no es lo mismo realizar maniobras con una persona ciega, con alguna discapacidad cognitiva o en silla de ruedas.
Frente a emergencias es clave que la comunicación y la acción se adapte a cada realidad.
Carola Rubia
Directora Ejecutiva Fundación Descúbreme
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