Educar la mirada



SEÑOR DIRECTOR:

Un tema recurrente en educación es el llamado pensamiento crítico; un intento de formar la capacidad intelectual de niños y jóvenes con buen nivel de reflexión, análisis y juicio de modo que sus procesos de discernimiento respondan a los criterios del razonamiento inductivo, deductivo, evidencia empírica, procesos dubitativos y de cuestionamiento, etc. Pero, hay una formación que, frente al imperio de las emociones, el mundo digital y las imágenes es nuclear atender, a saber, el pensamiento crítico visual, de tal modo que todo lo publicado, viralizado y representado, pueda ser analizado y juzgado no en función de la vivencia o la experiencia personal, que son siempre subjetivas, sino en base a juicios que proceden de un razonamiento que tiene ciertos estándares intelectuales.

La pantalla es un filtro a la hora de pensar. Es clave la formación de una ciudadanía crítica, desligada del poder de la imagen virtualizada. Como expresa el filósofo J. Carlos Ruiz (2018): “Grabar, publicar y dejarse ver en pantalla empieza a ser un complemento cotidiano que parece aportar valor añadido a nuestra existencia”. La cultura visual nos hace correr el riesgo de jibarizar los conceptos y las ideas, distanciándonos fugazmente de la verdad.

¿Sobre qué bases descansa hoy la formación de la ciudadanía? ¿Cómo contrarrestamos la omnipantalla? Debemos progresar en humanidad, en calidad moral y en “sustancia” intelectual, para no terminar claudicando a uno de los distintivos del ser humano, que en palabras de Blaise Pascal se sintetiza en esforzarse en pensar bien, pues este es el principio de la moral.

M. Solange Favereau C.

Académica Escuela de Educación

Universidad de los Andes

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