SEÑOR DIRECTOR:
El anuncio de la ENAP de que el precio de las gasolinas se incrementaría en $31 por litro, en condiciones que dicho precio ya se encuentra sobre los $1.200 por litro ha generado, como en ocasiones anteriores, el llamado de parlamentarios a la autoridad a “rebajar en un 50% el impuesto específico a las bencinas y, de este modo, entregarle un alivio a miles de familias chilenas de clase media que hoy lo necesitan”.
El impuesto específico (sin incluir el IVA) alcanza $421 por litro. Dado que el Mepco está rebajando en $49 por litro, el impuesto específico efectivamente cobrado es de $372 por litro, equivalente a nada menos que a un 30% del precio final.
Considerando que los ingresos que el Fisco obtiene de este impuesto alcanzan aproximadamente a un 5,2% del total de los ingresos tributarios, y que el programa de gobierno del Presidente Boric incluía no solo un incremento en la recaudación fiscal total (de 1,5% del PIB en su versión actual), sino también un soterrado incremento a los impuestos verdes, pareciera ser que las aspiraciones de los parlamentarios de disminuir el impuesto específico van justo en el sentido contrario de lo buscado por el Ejecutivo.
Dado que lo anterior probablemente implique que el gobierno no ceda a los requerimientos de los parlamentarios, ¿por qué no exigirle al gobierno que en vez de aumentar los ingresos tributarios a través de quitarle a los ciudadanos una mayor proporción de su producción, es decir, a través de quitarles un pedazo cada vez más grande de la torta, este se preocupe de fomentar y facilitar el crecimiento económico, haciendo crecer la torta, lo que a su vez le permitirá al país generar más empleos y mejores salarios, que les entreguen a miles de familias chilenas la capacidad para enfrentar las alzas de precio de mercado, ya sean estos de gasolinas, tomates o papas?
Michèle Labbé
Académica Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.