Espectro. Baquedano



SEÑOR DIRECTOR:

El notable montaje de la fachada de la Estación Pirque por parte del arquitecto y artista de la U. de Chile Sebastián Tapia y la gestión de la Dirección de Barrios y Patrimonio de la Municipalidad de Providencia, llamado “Espectro. Estación Pirque”, nos hizo a todos ser parte de la escenográfica reproducción del edificio a escala natural como miembros del cuerpo estable de una ópera al aire libre en el más emblemático espacio urbano de la ciudad de Santiago. La estación fue demolida hace 80 años, luego de solo 35 años de funcionamiento, en 1940, a manos de la modernidad de la época y cuando su autor, el arquitecto Emile Jéquier, estaba aún vivo.

La estatua del general Manuel Baquedano, obra del escultor Virginio Arias, inaugurada en 1928, permaneció en su plinto original por 93 años hasta ser retirada para ser reparada luego de 16 meses en los que la violencia irracional y desquiciada intentó destruirla sin éxito en los años 19 y 20. La estatua debe volver a la Plaza Baquedano sin miedo, sin temor, para no tener que recurrir en unos años más al “Espectro del monumento”, arrepentidos de haberlo perdido como ocurrió con la Estación Pirque. Durante 12 años, la estación y el monumento convivieron en el lugar junto a los edificios Turri (1929), el monumento El Ángel y El León (1910), a los que se han agregado el monumento y obelisco al Presidente Balmaceda, la escultura a Manuel Rodríguez, incluyendo la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, que deben seguir conformando el conjunto escultórico y arquitectónico de este espacio urbano de gran significación para Santiago y Providencia.

Yves Besançon Prats

Arquitecto

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