¿Intervención cambiaria?

FOTO: DIEGO MARTIN/AGENCIAUNO


SEÑOR DIRECTOR:

El peso chileno registró estos días una marcada depreciación frente al dólar de EE.UU., alcanzando un tipo de cambio de $918,74, un máximo histórico según Bloomberg. En paralelo, el cobre bajó de la barrera de los US$ 4 la libra y tocó su nivel más bajo desde marzo del año pasado.

La caída del precio del cobre se relaciona claramente con menores expectativas de crecimiento global y aumento de tasas de interés en economías desarrolladas, en un proceso de normalización monetaria que muchos califican de atrasado, y que impacta negativamente a las emergentes. Pero al escenario global se suma un innegable componente depreciativo idiosincrático muy asociado a la contingencia política, en particular a la decisión sobre cambio constitucional.

En este contexto, ya se comienza a hablar de una intervención cambiaria. El Banco Central de Chile deja flotar el peso desde 1999, algo vital para la independencia de la política monetaria. Sin embargo, la autoridad monetaria ha sido flexible ante circunstancias excepcionales, interviniendo siempre y cuando exista volatilidad excesiva o en momentos en el que el peso chileno se mueva contra sus fundamentos, entregando señales equívocas de asignación de precios.

En un contexto de reservas internacionales disminuidas respecto de hace algunos años, no parece tan adecuada una intervención (por ejemplo, una política de ventas de reservas), sobre todo al considerar que la paridad también refleja una pérdida de solidez institucional, caída de la inversión y las expectativas de crecimiento, y no puramente coyunturas externas transitorias. Así, es probable que tengamos tipos de cambio más altos en el futuro próximo, que reflejan una economía que sin duda ha perdido parte de su fortaleza.

Mauricio Villena

Decano Facultad de Administración y Economía UDP

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