Listas de espera



SEÑOR DIRECTOR:

El Minsal se han planteado como objetivo, a marzo de 2026, reducir a 200 días la espera para la resolución de patologías no GES. Esto es posible si se mantiene la tendencia que a diciembre de 2023 mostraba una reducción, respecto de 2022, de 359 a 289 días para las cirugías, y de 268 a 240 días para consultas de especialidad.

Sin embargo, esta reducción se ha acompañado de un aumento en el número de personas en listas de espera: 196 mil más en espera de consulta con un especialista y 31 mil más para las intervenciones quirúrgicas.

A primera vista, pareciera un contrasentido: el objetivo de reducir listas de espera debiera, en principio, significar menos pacientes esperando por un menor tiempo. Sin embargo, para poder lograr hacerlo simultáneamente se requeriría de muchos más recursos que los disponibles.

Frente a recursos limitados, es necesario priorizar. Si se prioriza la disminución del número de pacientes en listas de espera, probablemente se elija resolver problemas de menor complejidad, por lo que quienes sufren patologías más complejas tendrían que esperar tiempos aún más largos. Al contrario, si se prioriza reducir primero los tiempos de espera, se deberían resolver las patologías más complejas, que son las que hacen que los pacientes esperen tiempos más largos.

La pregunta de qué priorizar remite a qué entendemos por justicia en salud. ¿Beneficiar a un mayor número de personas o hacerse cargo de aquellos que están en situaciones más complejas?

No poder recibir tratamiento por un largo tiempo, de incluso años, es un atentado a la dignidad humana. Es por esto que concuerdo con las actuales autoridades del Minsal: enfocarse en la reducción de los tiempos de espera es un esfuerzo por reparar el daño, y no solo de la salud, sino que a la dignidad de las y los pacientes.

Jaime Burrows Oyarzún

Académico UDP

Exsubsecretario de Salud Pública

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