SEÑOR DIRECTOR:
Luego de dos fracasos constitucionales nos encontramos en un punto muerto, en que el sistema político, el lugar donde ocurren las decisiones en Chile, se encuentra atascado.
Tener una discusión sobre la relevancia de mejorar su funcionamiento y mecanismos es necesario y prioritario, debido a que no solo se transforma en un problema para el gobierno actual, sino para otros en el futuro.
Mi sugerencia sería que los propios partidos analicen su rol en el sistema. Llevan varios años demostrando que no entregan, por ninguna parte, respuestas adecuadas para resolver las demandas ciudadanas, y esto se debe a que solo se preocupan de la repartición de cuotas de poder internas y externas; tampoco se habla en absoluto de propuestas o ideas políticas. Por más que han nacido nuevos micropartidos, la crisis de representación no cesa.
El problema no es solo el umbral, la cantidad de parlamentarios o el tamaño de los distritos (es una falacia), el problema son los partidos. Si estos no comienzan a pensar en para qué existen y su función, será demasiado tarde cuando llegue un Milei a la chilena que los dejé totalmente obsoletos.
Javiera Arce Riffo
Cientista política
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