SEÑOR DIRECTOR:
Durante los primeros días de febrero, los incendios de la Región de Valparaíso tuvieron en vilo por varios días a miles de familias, poniendo a los afectados en una situación de vulnerabilidad y angustia. Pero, ¿qué tienen que ver los incendios y la corrupción? Ambos, cuando están descontrolados, son capaces de provocar daños humanos y materiales, privando a las personas de oportunidades de desarrollo y menoscabando sus condiciones de bienestar.
La gestión de una emergencia obliga a actuar con rapidez, para concentrar todos los recursos en proteger vidas. El Estado y sus instituciones utilizan procedimientos excepcionales para poder cumplir dicho objetivo, permitiendo la ejecución directa de recursos, transferencias urgentes y la disposición de medios extraordinarios.
Todo ello conlleva la disminución de los controles, la excepcionalidad de los procedimientos y la disminución de los mecanismos de transparencia, factores que abren la puerta a intermediarios inescrupulosos, pillos que buscan una oportunidad para beneficiarse.
Ya pasada la emergencia de los incendios, pero con la premura de la reconstrucción de viviendas para miles de familias que lo perdieron todo, no podemos dejar que la disminución de controles de paso a la corrupción.
Asegurar un proceso de reconstrucción centrado en las necesidades de las personas requiere contar con mecanismos de rendición que den cuenta de los recursos invertidos, de los procesos de licitación llevados a cabo para la habilitación y construcción de viviendas; y así concretar que los recursos lleguen a quienes lo necesitan y no se pierdan en el camino.
Michel Figueroa
Director ejecutivo subrogante de Chile Transparente
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