Sin con ciencia: licitación de litio

Plantas procesadoras del Litio en Salar de Atacama


Por Ingrid Garcés, Universidad de Antofagasta, Red Salares y Litio, OPSAL

La implicancia de adjudicar una licitación de litio afecta el equilibrio de los sistemas salinos y denota que las autoridades de gobierno no entienden a la ciencia, a los ecosistemas, a la cultura, a los territorios y al significado de una economía al servicio de los ciudadanos. No es solo la posibilidad de incorporar en la licitación contratos de retribución a las comunidades e inversión en I+D.

Sabemos que el cambio climático agudizará las dificultades que ya enfrentan las comunidades indígenas vulnerables, como la marginación política y económica, la pérdida de tierras y recursos, las violaciones de los derechos humanos, la discriminación y el desempleo.

¿Cuál es la propiedad que se está licitando? ¿De dónde se extraen estas 80.000 toneladas de litio físicamente? ¿Dónde se va a producir? ¿Cuáles son las características ambientales del entorno y los impactos directos en las comunidades? Con esta adjudicación se comete nuevamente el histórico error de privatizar los recursos.

Los recursos naturales pueden servir para tener un crecimiento sostenido en el tiempo, pero hay que desarrollar un marco normativo justo, una regulación que beneficie a todos y no a unos pocos. Es vital entender lo que implica desarrollar una industria minera en un ecosistema vivo; es una minería del agua y no de yacimiento. En su desarrollo reciente, la minería del litio evidencia grandes impactos al medioambiente. El 2019, el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, reunido en Santiago, reconoció la gravedad y urgencia de la crisis ambiental y social de gran parte de los territorios y pueblos al quedar con la cubierta vegetal seca, sin agua y parte de la naturaleza en vías de extinción.

Desde el Salar de Atacama se extrae seis veces más agua de lo que la cuenca puede regenerar de forma natural. Nos enfrentamos a escasez de agua y estrés hídrico. La actual tecnología que se aplica industrialmente; si bien es muy económica, es un proceso en extinción, que tiende a introducir problemas en el equilibrio hidrogeológico y una serie de otras perturbaciones que a la larga contaminan aguas dulces: se evaporan y se pierden millones de toneladas de agua; se forman millones de desechos salinos que se depositan sobre el salar; se construyen grandes hectáreas de piscinas que forman espejos de agua causantes de la muerte de aves.

Esta licitación no es apropiada, porque podría repetir el bochornoso episodio del Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) de Corfo, con una adjudicación rodeada de irregularidades y conflicto de interés. O la fallida en el 2012 destinada a entregar a SQM los derechos de explotación de 100 mil toneladas de litio, por graves irregularidades incurridas por los involucrados.

Estamos vendiendo recursos naturales solo por vender recursos naturales, sin entender el rol que juega el litio desde el punto de vista científico para el país. Esta es una gran oportunidad para dar un salto al desarrollo tecnológico, reformulando el modelo económico extractivista por un nuevo modelo de desarrollo que considere derechos de la naturaleza, justicia social y derechos humanos.

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