SEÑOR DIRECTOR:
El reciente rechazo en el Congreso al proyecto de ley sobre el control de perros asilvestrados, evidencia el sesgo urbano que domina la discusión pública, dejando en segundo plano las preocupaciones reales del mundo rural. Este episodio refleja una vez más la desconexión con la realidad y el dominio de las ideologías.
Es fundamental comprender que el propósito último de esta legislación no se limita a abordar la problemática de los perros asilvestrados, sino que busca salvaguardar el bienestar integral de las comunidades rurales y el equilibrio de la biodiversidad del país. Los perros asilvestrados no solo amenazan la seguridad y el bienestar de las personas, sino que también causan graves estragos en los ecosistemas, afectando la vida en la ruralidad.
La propuesta de ley tenía como objetivo proporcionar herramientas efectivas para que las comunidades locales pudieran abordar este desafío de manera coordinada y responsable. Sin embargo, el rechazo basado en visiones urbanas refleja una limitada comprensión de la complejidad del problema y una escasa empatía hacia aquellos que tienen que enfrentarlo diariamente. Es diferente hablar de nuestras mascotas en la ciudad, que hablar de la gran diversidad de animales que habitan lo rural y que también son importantes para las comunidades, ya sea porque son fuente de trabajo, sustento de los ecosistemas o valiosa compañía.
Es hora de superar los prejuicios y embarcarnos en un diálogo constructivo para encontrar soluciones concretas. Solo a través de la colaboración y la comprensión mutua podremos avanzar hacia un futuro donde podamos prosperar en armonía con la naturaleza.
María Emilia Undurraga Marimón
Decana Facultad de Ciencias de la Naturaleza USS
José Luis Riveros Fernández
Director de Escuela de Medicina Veterinaria USS
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.