Velar por las instituciones



SEÑOR DIRECTOR:

Leí con especial atención e interés su editorial del miércoles pasado titulada “Las instituciones ante el crimen organizado”, donde plantea la necesidad de fortalecer las medidas anticorrupción en las instituciones públicas responsables de la seguridad, ante el avance de la criminalidad organizada.

Buscando aportar en una línea argumental similar, es importante considerar que hoy nos encontramos en un proceso de cambios profundos en las instituciones del sistema de seguridad y justicia. El nuevo Ministerio de Seguridad, la Fiscalía Supraterritorial y el proceso de reforma de las policías, en conjunto, constituyen una de las principales transformaciones en la historia del sistema, y son una oportunidad para implementar medidas que no solo prevengan la corrupción, sino que mantengan el sentido que justificó emprenderlas: mejorar su eficacia respecto a la seguridad y el delito.

Para lograr avanzar en estos desafíos es fundamental considerar en el nuevo diseño institucional cuatro ámbitos:

Primero, revisar, definir y comunicar claramente los objetivos institucionales. Esto permite alinear a los funcionarios con su fin, identificar más fácilmente comportamientos desviados y que la ciudadanía entienda los roles y funciones de la institución y pueda evaluarlas en su mérito.

Segundo, generar y fortalecer las capacidades del sistema de diseñar, implementar y evaluar acciones pertinentes al problema que se enfrenta. Debemos romper la enorme inercia de las instituciones públicas, que hacen que se eternice la implementación de políticas poco efectivas u obsoletas.

Tercero, lograr que los nuevos cargos en las instituciones en formación sean cubiertos por personal idóneo. Para lograrlo se deben definir perfiles de cargo para cada puesto de relevancia y realizar concursos públicos transparentes para cubrirlos.

En cuarto lugar, se debe fortalecer, en forma prioritaria y decidida, la transparencia de cada institución en su desempeño, en los recursos utilizados, y en los patrimonios de cada uno de sus funcionarios.

La urgencia de resolver el problema de inseguridad nos debe hacer pensar con responsabilidad en cambios que permitan mejorar el desempeño del sistema. Es una oportunidad que no podemos desaprovechar.

Daniel Johnson

Director ejecutivo de Paz Ciudadana

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