Los precios de las criptomonedas se mueven al ritmo de las acciones y los bonos como nunca antes, castigando a quienes compraron bitcoin y otros activos digitales, en parte, para diversificar sus inversiones.

La correlación de tres meses entre las criptomonedas bitcoin y ether y los principales índices bursátiles estadounidenses alcanzó su nivel más alto registrado la semana pasada, según Dow Jones Market Data. Ese nivel, entre 0,67 y 0,78, es más del triple de la correlación promedio entre las criptomonedas y el S&P 500 de 2019 a 2021. Una correlación de 1 sugiere que los mercados se mueven al unísono, mientras que 0 dice que no están relacionados. Las correlaciones de uno y dos meses están en niveles récord.

Aquel día récord, el bitcoin cayó un 10% y el índice compuesto del Nasdaq bajó más de un 4%, marcando su mayor descenso registrado en tres días. Aunque el bitcoin y otros activos digitales han sido considerados durante mucho tiempo como una de las inversiones más arriesgadas de los mercados, los analistas y gestores de carteras dicen que la profundidad de las caídas de las criptomonedas este año y su tendencia a hacerse eco de otros activos más arriesgados, como las acciones por ejemplo, podrían limitar su adopción por parte de los inversores convencionales.

Las criptomonedas “se han convertido en parte del sistema financiero convencional, y eso no es bueno para su viabilidad como clase de activos alternativos”, sostuvo Richard Craib, que dirige un fondo de cobertura cuántica en San Francisco llamado Numerai. “No están cumpliendo su propósito original como activo no correlacionado”, agregó.

La semana pasada, Craib vendió 2,5 millones de dólares de ether, toda su participación en la criptomoneda, en parte porque el ether ha estado cotizando tanto como las acciones y los bonos. Compró la criptomoneda por primera vez en 2014.

Durante varios años, los defensores del bitcoin, el ether y otras criptodivisas comentaron que podían servir como inversiones “alternativas” que ayudaran a compensar las pérdidas en una cartera de inversiones, o al menos a amortiguar las caídas de las acciones y los bonos. Estos argumentos, entre otros, ayudaron a convencer a más fondos de cobertura y a otros inversores profesionales para que añadieran bitcoin y ether a sus carteras de valores.

Grandes fondos, como ARK Investment Management LLC de Cathie Wood, y empresas como Tesla Inc. de Elon Musk y MicroStrategy Inc. de Michael Saylor han comprado bitcoin, movimientos que han ayudado a que los mercados financieros se alineen más con los mercados de criptomonedas.

Mientras tanto, empresas relacionadas con las criptomonedas, como Coinbase Global Inc., han salido a bolsa en el último año, lo que ha conectado aún más los mercados de comercio digital con las acciones y los bonos.

Pero la caída del mercado de 2022 -que no ha perdonado más que a las materias primas, cuyo valor se ha disparado en un momento de alta inflación- ha puesto esa lógica de cabeza.

Traders y analistas dicen que una de las razones por las que los mercados se mueven a la par es porque muchos inversores tradicionales han añadido las monedas digitales a sus carteras. Al verse perjudicados por sus inversiones en acciones y bonos en la más reciente caída del mercado, algunos inversores han estado reuniendo dinero en efectivo vendiendo criptomonedas. Al mismo tiempo, la debilidad de las acciones y los bonos ha reducido el apetito de muchos inversores por las criptomonedas.

La semana pasada, Alesia Haas, directora financiera de la empresa de corretaje de criptomonedas Coinbase, declaró: “El Nasdaq ha bajado, el bitcoin ha bajado. Y eso ha llevado a que cada vez se pongan menos dólares en cripto”.

Jeff Dorman, director de inversiones de Arca, una empresa de inversión en activos digitales que interactúa con grandes instituciones, indicó que el hecho de que las monedas digitales se negocien durante las 24 horas del día facilita que los fondos de cobertura y otros inversores realicen operaciones bajistas al volverse pesimistas sobre las perspectivas de los mercados. También dijo que algunos fondos han estado vendiendo valores digitales porque no quieren tener que explicar a los clientes más conservadores por qué están manteniendo estas inversiones más especulativas.

“Venden sus fondos a través de la estrategia ‘window dressing’ (técnica usada por los gestores de fondos de inversión y de otras carteras con el fin de mejorar la apariencia del rendimiento de un fondo antes de presentarlo a los clientes o accionistas)”, afirmó.

Hasta hace poco, las instituciones y otros nuevos participantes se consideraban beneficiosos para los mercados de criptomonedas. Ahora, señalan algunas personas, a medida que algunos de estos mismos inversores venden en un mercado que se tambalea, el lado negativo de ese cambio se está haciendo más evidente.

“Tenga cuidado con lo que desea con respecto a la adopción institucional” de las monedas digitales, advirtió Dorman.

Algunos creen que los recientes movimientos cuesta abajo en tantos mercados son una señal positiva. Los inversores se están enfrentando a un nuevo mundo de tipos de interés más altos, algo necesario para que los mercados financieros encuentren su equilibrio, sostienen los analistas.

“Cuando las acciones se venden de forma generalizada, es una señal de que una gran parte del mercado entiende que hay un cambio de régimen mayor y un ajuste de valoración en marcha”, aseguró Michael O’Rourke, estratega jefe de mercado de JonesTrading.

“El mercado tiene que llegar a un lugar de aceptación generalizada de que el entorno de ‘no hay alternativa’ ha terminado”, comentó, en referencia a la afirmación común durante el rally bursátil de los últimos años de que las tasas bajas significan que no había alternativa a la inversión en acciones, criptomonedas y otras inversiones con riesgo.

Hasta hace poco, muchos analistas de la corriente principal ignoraban los altibajos del bitcoin, el ether y otras monedas digitales, asumiendo que en su mayoría eran espectáculos secundarios de la economía y los principales mercados financieros. Ahora, algunos se preguntan si los problemas en el mundo de las criptomonedas podrían tener algún impacto en otros ámbitos, tal vez porque la caída de los precios pesa sobre el gasto de aquellos que hicieron grandes apuestas en las monedas digitales o anima a algunos a recortar las existencias para compensar las pérdidas de las criptomonedas.

O’Rourke considera que, por el momento, las acciones están impulsando a las criptomonedas, con pocas pruebas de que estén teniendo un impacto más amplio en la economía u otros mercados.

Por su parte, los defensores de las criptomonedas señalan que las inversiones de todo tipo suelen presentar correlaciones más estrechas en los mercados bajistas, y que estas tendencias no suelen durar mucho.

Con el tiempo, Dorman predice que las criptomonedas volverán a estar más desvinculadas de las acciones y otras inversiones, a medida que nuevos participantes entren en el mercado de activos digitales, incluidos aquellos que se sienten más cómodos manteniendo los activos durante los mercados volátiles. Señala que, en el pasado, las monedas digitales estaban a veces estrechamente correlacionadas con el oro, el yuan chino e incluso con los precios de los aguacates.

“Creo que con el tiempo recordaremos los acontecimientos de febrero y marzo de 2022 como un punto de inflexión para la adopción de los activos digitales, y este repunte a corto plazo de la correlación no será más que una nota a pie de página”, señala.